Psicólogos Autoestima

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Te ayudaremos a reestablecer y mejorar tu autoestima. Analizaremos el origen de este concepto negativo y también los pensamientos y conductas que hacen que este concepto se mantenga en el tiempo. Somos expertos en autoestima

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Tratamiento para la baja autoestima

En el tratamiento para la autoestima lo primero es identificar qué imagen tienes sobre ti mismo. En muchas ocasiones podemos sentirnos a disgusto con algún aspecto de nuestro físico, de nuestra personalidad o de nuestra forma de reaccionar en las situaciones.

Lo importante es averiguar si esta imagen negativa es real o está distorsionada. En el caso de que sea real, tenemos que trabajar para aceptar que no podemos ser perfectos y que tampoco es tan terrible. Si el concepto está distorsionado, tendríamos que cambiar esta imagen.

Para este proceso se utilizan diferentes técnicas psicológicas, sobre todo algunas técnicas cognitivas como la reestructuracióin cognitiva. Esta técnica permite identificar y cambiar los pensamientos distorsionados por otros más realistas. Otras técnicas utilizadas son la toma de decisiones, la gestión emocional, la planificación de actividades agradables o la búsqueda de fortalezas. En cualquier caso, la terapia se adaptará a ti, por lo que será individualizada.

¿Cuándo Aparecen los problemas de autoestima?

La autoestima es un concepto que se va elaborando con el tiempo, no aparece de un momento a otro. A lo largo de la vida vamos creando primero nuestro autoconcepto, es decir, vamos viendo qué características nos definen. Después juzgamos estas características cómo buenas o malas, y ahí es donde vamos moldeando la autoestima.

Los problemas de autoestima a menudo aparecen en la adolescencia o la adultez temprana. Son momentos complicados en los que tenemos que hacer frente a muchos cambios físicos y de vida, lo cual nos puede llevar a compararnos y sentirnos inferiores o mal con nosotros mismos.

Las causas de la baja autoestima pueden ser muchas, pero suelen influir algunas cosas como haber sufrido bullying en la infancia, tener experiencias traumáticas, la educación de los padres (demasiada sobreprotección o demasiada autoridad) o haber estado rodeados de gente que critica, entre otras. Estas serían causas relacionadas con el entorno, pero también es importante destacar que puede existir una parte genética o de personalidad (autoexigencia, perfeccionismo, tendencia a la depresión, etc.).