Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Blog>Trastornos alimenticios>Adiccion a la comida
La alimentación es una necesidad básica. Todos los seres vivos necesitamos alimentarnos para poder vivir. Sin embargo, lo cierto es que una necesidad básica también puede convertirse en una adicción. En este sentido, es muy común encontrarnos con personas adictas a la comida. ¿Cómo saber si tenemos adicción a la comida? ¿Por qué aparece esta adicción y cómo se mantiene? ¿Cómo controlarla? Te contamos todas las claves.
Podemos definar la adicción como la dependencia de una persona a algo. Lo más común es que se hable de las adicciones al consumo de sustancias tóxicas, pero lo cierto es que otros comportamientos también pueden convertirse en una adicción.
Lo que diferencia una adicción de una conducta "normal" es la dependencia asociada a esa conducta. La persona adicta busca constantemente llevar a cabo esa conducta como una forma de aliviarse; si no realiza la conducta aparecen síntomas muy molestos parecidos a los síntomas de ansiedad y, además, cada vez necesitará realizar esta conducta más para sentirse bien.
La adicción a la comida implica que la persona busca constantemente la comer alimentos de forma compulsiva, especialmente de alimentos ultraprocesados o poco sanos, para poder aliviar el malestar que siente al no comer.
La adicción a la comida no está reconocida como un trastorno particular, sino que a menudo se asocia a otros trastornos de la conducta alimentaria, como el trastorno por atracón o la bulimia. Sin embargo, lo cierto es que esta adicción puede presentarse también en personas sin este tipo de enfermedad.
Podemos destacar algunas características propias de la persona adicta a la comida.
Al igual que en otras adicciones, como pueden ser la adicción a las compras, a sustancias tóxicas o a juegos, la persona con adicción a la comida piensa constantemente en la comida y en comer. Su día gira en torno a la comida, tiene cosntantemente el deseo de comer alimentos, generalmente con alto contenido en azúcares y/o grasas. Este deseo puede asemejarse al craving o deseo de consumir en otro tipo de adicciones.
Si pudiéramos ver su pensamientos seguramente nos encontraríamos con donuts, palmeras de chocolate, croissants, bollería de todo tipo.
La conducta adictiva se manifiesta en atracones de alimentos. La persona adicta a la comida atracará la cocina o irá al supermercado recorriendo la sección de bollería. Al comer se produce un alivio de la ansiedad que tenía. Esta sensación es placentera, lo que provoca en las próximas ocasiones que sienta ansiedad, desee automáticamente comer este tipo de alimentos.
Los síntomas ansiosos antes del consumo pueden asociarse al síndrome de abstinencia de otras adicciones.
Sin embargo, después del atracón es común sentirse culpable y plantearse cómo abandonar sus atracones de alimentos. Intentará eliminar esta conducta, pero generalmente fracasará, pues el síndrome de abstinencia aparecerá y, la persona no sabrá controlar estos síntomas de otra forma. Digamos que la persona ha aprendido a saciar su ansiedad comiendo y no tiene otros recursos para hacer frente a la ansiedad.
Ciertamente, la persona con adicción a la comida sabe que es malo e insano comer grandes cantidades de esos alimentos, pero no lo puede evitar. Por ello, intentará ocultarse ante la sociedad, por vergüenza.
Por mucho que intente controlar su deseo de comer, acaba perdiendo el control, manifestando una gran impulsividad a la hora de comer. Comerá aunque intente evitar hacerlo, comerá rápido y grandes cantidades de comida, de forma claramente compulsiva.
Similar a la tolerancia en el caso de otras adicciones, la persona adicta a la comida cada vez necesitará más cantidades de comida azucarada o grasienta para aliviar el malestar.
Generalmente, las causas de la adicción a la comida son similares a las causas de otras adicciones.
Por una parte, puede asociarse a mecanismos neurobiológicos del cerebro. Y es que algunos componentes de estos alimentos, como el azúcar o las grasas, parece que afectan directamente a los mecanismos cerebrales del placer. El sistema límbico es el encargado de darnos placer. Cuando ingerimos estas sustancias, nuestro cerebro segrega algunos neurotransmisores que favorecen la sensación de placer, como la dopamina o la serotonina. De tal forma que, si consumimos regularmente estos alimentos, experimentaremos tal placer que acabaremos volviéndonos adictos a esta sensación. Querremos una y otra vez consumir estos alimentos para experimentar el bienestar que produce el placer.
Por otra parte, la ansiedad también juega un papel importante. Si nos sentimos ansiosos o nerviosos, buscaremos una forma de aliviar esta ansiedad. Si por cualquier motivo al tener ansiedad provamos a ingerir alimentos, particularmente estos alimentos azucarados o grasosos, podemos experimentar un alivio. Los alimentos funcionan como las endorfinas, aliviando la ansiedad. Mientras comemos, toda nuestra energía corporal se sitúa en el estómago y no en el pensamiento. De tal forma que, mientras estés comiendo no estás pensando y, por tanto, la ansiedad desaparecel comer. Podemos adquirir esta forma de aliviar el malestar, sin embargo, cuando el bienestar disminuye, aparecerá la culpabilidad por haber comido y esto se expresará en ansiedad nuevamente, que volverá a intentar saciarse con la comida, creando un círculo vicioso del que es muy difícil escapar.
Las consecuencias de la adicción a la comida pueden ser de caracter físico o psicológico.
A nivel físico, podemos experimentar problemas de salud relacionados con el consumo de estos alimentos. Uno de los problemas más comunes es la obesidad, que aumenta a su vez el riesgo de problemas cardíacos, diabéticos, respiratorios o gastrointestinales.
A nivel psicológico, aparte de la ansiedad y el estrés asociados al síndrome de abstinencia, pueden aparecen otros trastornos como la depresión, trastornos de la conducta alimentaria o consumo de otro tipo de sustancias. Así mismo, tendremos que enfrentarnos al tabú y la vergüenza de romper el canon de delgadez de la sociedad y, con todo ello, a la baja autoestima.
Como hemos visto, las causas de la adicción a la comida no son solo biológicas. Por lo tanto, si nos centramos solo en realizar dietas físicas, seguramente el tratamiento sea un fracaso.
De forma contraria, hay que trabajar también con los mecanismos psicológicos que mantienen la adicción. Por ello, suele ser conveniente el tratamiento psicológico.
Un profesional de la psicología podrá ayudarte a identificar los factores que han provocado que el problema aparezca y se mantenga en el tiempo. Serán estos factores los que habrá que modificar para solucionar el problema. El tratamiento suele realizarse a nivel individual, trabajando con la ansiedad y el estrés de la persona en particular.
La terapia cognitivo-conductual ha resultado ser eficaz de cara a trabajar con la ansiedad por comer. Algunas técnicas tienen que ver con la reestructuración del pensamiento o la gestión emocional.
Te damos algunos consejos de cara a que empieces a afrontar tu adicción a la comida.
Comer es una forma fácil de aliviar la ansiedad. Como hemos dicho, mientras comemos la energía se ubica en la zona abdominal. Sin embargo, existen también otras formas de aliviar esta tensión. Puede ser útil realizar actividad física u otras técnicas como escribir en una hoja todo lo que te cree malestar.
Si no tenemos a mano estos alimentos es menos probable que en momentos de ansiedad podamos acudir a ellos. Evita comprar alimentos con grandes cantidades de grasa o azúcar y evita ir a comprar en momentos de ansiedad.
Adquirir unos hábitos de vida saludables es clave de cara a superar la adicción. De esta forma también romperás la culpabilidad que aparece tras los atracones.
Si estás acompañado seguramente no comerás. En momentos críticos es importante que estés en sociedad, de esta forma evitarás comer y a la vez podrás aliviar el malestar de otra forma. Comparte tu malestar con otras personas, como una forma de alivio.
No dudes en buscar ayuda profesional si crees que no eres capaz por tu cuenta de superar el problema. Un psicólogo podrá ayudarte a gestionar tu ansiedad y te dará alternativas para manejar el malestar.