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¿Por qué nos angustia el trabajo?


De entrada, podemos pensar que el agobio en el trabajo se debe a que tenemos muchas cosas que hacer y por ello estamos teniendo una situación de  estrés laboral. No obstante, también pueden existir otras causas y no solo el exceso de trabajo.


Si estamos en un trabajo que no nos gusta o no nos llena y nos desmotiva, si creemos que no estamos siendo valorados en lo que hacemos, si estamos  quemados en el trabajo, si la relación con el jefe o los jefes no es buena, si el ambiente de trabajo es tóxico o nos están haciendo mobbing (acoso laboral), incluso si no tenemos suficientes tareas, si no nos pagan bien o si tenemos excesiva responsabilidad, podemos tener ansiedad.


Síntomas de la ansiedad en el trabajo


Normalmente, la ansiedad en el trabajo no aparece de golpe, sino que se va desarrollando a medida que pasan los días y la situación es más y más estresante. Destacamos algunos de los síntomas o indicios de ansiedad en el trabajo, que son similares a los  síntomas de ansiedad  de otros trastornos.


Síntomas físicos


Los síntomas físicos por ansiedad pueden ser palpitaciones en el corazón antes o mientras estamos en el trabajo, sudoración excesiva, presión en el pecho, sensación de ahogo, ganas de llorar, entre otros.


Somatizaciones


Cuando nuestra mente está desborada, pero no hacemos nada para poner freno a la situación, nuestro cuerpo acabará por pararnos los pies. Mente y cuerpo están estrechamente unidos, lo cual hace que somaticemos en algunas ocasiones, expresando el malestar psicológico a través de problemas físicos.


Por eso, es común que alguien con ansiedad en el trabajo tenga problemas gastrointestinales (vómitos antes de ir a trabajar, dolor de estómago, escaso apetito...), dolor de cabeza o musculares (que aparecen el lunes antes de ir a trabajar y no desaparecen hasta el fin de semana),  mareos, entre otros.


Síntomas psicológicos


Por una parte, a nivel psicológico podemos tener pensamientos negativos. Dichos pensamientos pueden estar relacionados con el malestar que genera la ansiedad o con aspectos negativos sobre uno mismo o los demás. Dependiendo de la situación podemos pensar que, por ejemplo, no somos buenos en el trabajo, que no nos valoran o no nos merecemos ser valorados, que el futuro en el trabajo es negro y desalentador...


Igualmente, esto nos llevará a una falta de concentración en el trabajo, despistes, sensación de inseguridad y de peligro,  vacío emocional, incertidumbre o indecisión.


Todo ello también puede acabar derivando en otros problemas, como la  depresión.


Síntomas conductuales


El malestar que provocan los síntomas anteriores nos lleva a buscar una forma de aliviarnos. Esto hace que queramos huir o escapar del trabajo. La persona con angustia en el trabajo pondrá mil excusas para faltar al trabajo o darse de baja en el trabajo, intentará por todo los medios aliviarse o incluso evitará situaciones dentro del trabajo que le generen malestar.


Si bien estas conductas parecen aliviar el malestar, lo que provocan es que el problema se mantenga y se acreciente.


Síntomas sociales


Este aboraje de síntomas a menudo puede llevar a la persona al aislamiento, a no relacionarse en el trabajo o incluso a aislarse también de la gente querida debido al malestar y a no saber controlar la situación.


Qué hacer si te agobia el trabajo


Te damos algunas pautas para eliminar el agobio en el trabajo.


Analiza la situación


Analiza qué es lo que te genera la ansiedad, busca las causas de tu malestar. Saber las causas te ayudará a encontrar la solución más adecuada.


Toma una decisión


Ante el agobio en el trabajo tenemos dos opciones: hacerle frente o dejar el trabajo. Ambas son respetables y cada persona tendrá que tomar la decisión que más le favorezca.


Piensa en las ventajas y los inconvenientes de cada decisión y elige la opción más viable. Piensa en qué pasos tienes que dar a la hora de tomar la decisión.


Deja de lado los pensamientos distorsionados y negativos


Tomes la decisión que tomes tienes que tener en cuenta qué pensamientos tienes, cuáles de estos pensamientos son reales y están basados en argumentos objetivos, y cuáles son distorsionados.


Muchas veces nos generamos nosotros la situación de malestar con estos pensamientos. No te culpes por ello, todos tenemos pensamientos distorsionados, lo importante es identifcarlos y controlarlos.


Empieza a ordenar las cosas y haz cambios


Si decides abandonar tu puesto de trabajo, tienes que pensar hacia donde quieres dirigirte. Piensa en qué te gustaría a hacer o en qué puesto de trabajo crees que estarías mejor. Puede que quieras ponerte a estudiar o a buscar trabajo. Busca las opciones que mejor se adapten a ti y encamínate hacia ello.


Si, por el contrario, has decidido seguir en tu trabajo, tienes que tomar algunas decisiones. Analiza qué cambios debes hacer para sentirte a gusto y llévalos a cabo.


Mejora tu autoestima


Si tu autoestima se ha visto afectada por la situación, o si ya tenías antes una  baja autoestima, es importante que le prestes atención. Muchas veces está relacionado con los pensamientos distorsionados. Indaga sobre lo que piensas de ti y analiza si los pensamientos son objetivos o estás machacándote sin pruebas.


Si lo necesitas, pide ayuda


A veces por nosotros mismos no nos damos cuenta del problema o no sabemos qué pasos llevar a cabo para solucionarlo. Si crees que lo necesitas, pide ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudarte a salir del bache.



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