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¿Qué es la aerofobia o fobia a volar en avión?


La aerofobia es la fobia a volar en avión. Una fobia es un miedo intenso e irracional hacia cosas que no generarían miedo en la mayoría de personas. La persona que tiene una fobia anticipa que esa situación o cosa que le genera el miedo es un peligro, por lo que reacciona con ansiedad y defensa.


La ansiedad es una reacción normal y que puede ser adaptativa en muchas situaciones. Sin embargo, cuando no estamos ante una situación peligrosa o que requiera de nosotros una activación física y mental, la ansiedad empieza a volverse desadaptativa y comienza a interferir en la vida cotidiana de la persona.


Así sucede con la fobia a volar. Quien padece este miedo puede anticipar que va a ocurrir una desgracia, que el avión se va a caer y que todos los viajantes van a morir sin remedio. Por ello reacciona con angustia y ansiedad.


Este miedo puede ocurrir cuando la persona ya está en el avión, pero también es común que cualquier cosa que le acerque de algún modo a la situación (por ejemplo ir al aeropuerto o sacar los billetes) sea una situación que provoque angustia. Puede que incluso la persona anticipe con mucha antelación el vuelo y el simple hecho de pensarlo o tenerlo en mente le provoque el sufrimiento.


Síntomas de la fobia a volar


Los síntomas de la fobia a los aviones son similares a los  síntomas de ansiedad  de otros trastornos. Destacamos los más comunes.


Síntomas físicos


Los síntomas físicos en las fobias pueden ser sensación de ahogo o de asfixia, presión en el pecho, respiración acelerada, sudoración excesiva, temblores en el cuerpo, aceleración de las pulsaciones del corazón...


También la persona puede experimentar algunas somatizaciones, como dolor de cabeza o dolor muscular, mareos, dolor de estómago o problemas gastrointestinales...


Debido a los síntomas físicos, es muy común que aparezcan  ataques de ansiedad  antes o durante el vuelo.


Síntomas cognitivos o del pensamiento


En cuanto al pensamiento, quien tiene miedo a volar piensa generalmente que va a ocurrir una desgracia, de forma a veces obsesiva, o que no puede controlar la situación. Estos pensamientos catastróficos y autodestructivos se vuelven automáticos ante las situaciones de vuelo, por lo que la persona acaba sin darse cuenta de que tiene estos pensamientos. Simplemente aparecen los síntomas físicos y un gran malestar.


Uno de los factores que hace que aparezca el miedo a volar es que el viajente no tiene el control de la situación, pues en realidad que salga bien el vuelo depende de otras cosas: de los que hayan revisado el estado del avión, del piloto, del personal de seguridad...


Síntomas conductuales


Ante el miedo intenso y la ansiedad la persona con fobia a volar suele hacer dos cosas: evitar o escapar.


Intentará por todos los medios no volar en avión. Si, por lo que sea, tiene que hacerlo, le aparecerá una gran ansiedad que a veces le llevará a bloquearse y/o escapar de la situación en el último momento.


Cómo superar la ansiedad en un vuelo


Si a la hora de volar experimentas síntomas de ansiedad, que son incómodos pero que no te impiden viajar, te damos algunas pautas para poder controlar la ansiedad mientras vuelas.


Conoce cómo funciona el avión


Saber los mecanismos del medio de transporte suele ser de gran ayuda a la hora de entender que, en realidad, no hay mucho peligro.


Efectivamente, un accidente puede ocurrir. Sin embargo, hay que fijarse en cuál es la probabilidad de que esto ocurra y actuar en consecuencia. De hecho, es mucho más probable que ocurra un accidente en coche. Pero, sin argumentos, solemos tener más miedo al avión.


Elimina pensamientos distorsionados y catastróficos


Analiza tus pensamientos. ¿Cuáles son tus miedos? Encuentra pruebas a favor y en contra de estos pensamientos. A veces tenemos pensamientos poco realistas que nos llevan a una situación de descontrol y ansiedad. Es importante identificar estos pensamientos y cambiarlos por otros más realistas y más útiles, que nos permitan ver las cosas desde otro punto de vista.


Aprende alguna técnica de relajación


En momentos del vuelo, cuando las personas suelen experimentar más ansiedad, puede serte útil tener algunas estrategias para relajarte. Estos momentos pueden ser, por ejemplo, cuando el avión despega, cuando hay turbulencias, cuando el avión va a aterrizar.


Algunas técnicas, como la técnica de relajación muscular o la de respiración, suelen ser de ayuda. También puede ser de gran ayuda aprender  mindfulness.


Ve con tiempo y familiarizate con el lugar


A veces las prisas y el desconocimiento nos llevan a una sensación de angustia. Ve con tiempo al aeropuerto, date unas vueltas por allí, investiga el entorno, conoce cómo son los vuelos antes de ir... Todo ello te dará calma y más seguridad.


Lleva algo para distraerte


Escuchar música, leer un libro, realizar alguna tarea... son actividades que pueden ser útiles para distraernos durante el vuelo. De lo contrario, podemos acabar metiéndonos en nuestros pensamientos distorsionados y echando más leña al fuego.


Comprueba que no ha sido para tanto


Una vez que hayas completado el vuelo y estés sano y salvo, analiza ahora cuál es tu ansiedad y tu miedo. Cuantas más veces viajes y te expongas a tu miedo más fácil será que la ansiedad vaya desapareciendo. Si comprobamos que no pasa nada es posible que nos acostumbremos a la situación.


Además, habrás comprobado que la ansiedad sube, pero luego tiende a bajar. En momentos puntuales del vuelo te habrás sentido peor, pero después la sensación ha disminuido. No podemos estar mucho tiempo en una situación de mucha ansiedad.


Cómo superar la fobia a volar en avión


La fobia a volar en ocasiones requiere de terapia psicológica para superar el miedo. Te contamos lo que se hace en terapia y algunas pautas para superar el miedo.


Infórmate sobre el funcionamiento del avión


Si conoces cómo funciona es menos probable que tengas incertidumbre y esa sensación de descontrol. Es importante estar informados para pensar de forma realista.


El psicólogo te ayudará, primero de todo, a conocer todo lo que necesitas saber sobre el avión: cómo funciona, qué tiene que pasar para que todo salga mal, cuál es la probabilidad de que ocurra algo terrible...


Elimina pensamientos distorsionados


Al igual que un miedo más leve, cuando estamos ante una fobia, es muy importante eliminar los pensamientos distorsionados. La persona con fobia vive la situación como si al 100% de probabilidad el avión fuera peligroso y se vaya a caer. Sin embargo, esta no es la realidad y conviene analizar hasta qué punto tu ansiedad proviene de pensamientos distorsionados


Aprende una técnica de relajación


Aprender una técnica de relajación puede ayudarnos a controlar la ansiedad en momentos puntuales. Contar con este recurso puede ayudar a que la ansiedad desaparezca antes.


Exposición a la situación de volar


Para superar el miedo a volar lo mejor de todo es exponerse a la situación. De esta forma acabarás comprobando que seguramente no pase nada y conseguirás reducir la ansiedad.


Sin embargo, cuando tenemos una fobia, es muy difícil exponernos de golpe y porrazo a aquello que nos da miedo. Por eso, en terapia, se hace una exposición muy progresiva y controlada.


En este sentido, lo primero suele ser hacer una exposición imaginada. Esta técnica consiste en imaginar detalladamente todo lo relacionado con el vuelo, para así enfrentarnos a la ansiedad, pero en una situación controlada.


Primero se hace una escala de situaciones ansiógenas, que van de lo que menos ansiedad te da relacionado con el vuelo a lo que más. Después, el psicólogo te ayudará a imaginar estas situaciones. A medida que te expongas a ello, la ansiedad disminuirá por biología y al comprobar que no hay ningún peligro. En ocasiones se puede utilizar la técnica de relajación ya aprendida. Se avanzará una a una por las situaciones hasta la más temida, que puede ser por ejemplo despegar en el avión o aterrizar.


Una vez realizada la exposición en imaginación, suele hacerse el mismo proceso en vivo. La exposición en vivo consiste en exponernos a la situación de volar, pero también de forma progresiva. Compraremos el billete, luego iremos al aeropuerto, a la puerta de embarque, subiremos al avión... Tan despacio como la persona lo requiera, enfrentándonos a la ansiedad y comprobando que esta disminuye.



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