Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
El cuerpo y la mente están unidos de forma directa. Si nuestro cuerpo no está cuidado nuestra mente se verá afectada y viceversa. Por eso es esencial prestar atención a todas las áreas del autocuidado, para de esta forma conseguir el bienestar.
El autocuidado son todas las actividades y actos conscientes destinados al cuidado físico, psicológico, social y emocional.
Para llegar al bienestar es importante no dejar de lado ninguna de estas áreas y garantizar el cuidado de cada parte de nosotros.
El autocuidado no es solo físico, y es que también necesitamos cuidar el resto de ámbitos de nuestra vida. En este sentido, existen diferentes tipos de autocuidado: autocuidado físico, autocuidado psicológico o mental, autocuidado social, autocuidado espiritual y emocional.
En primer lugar, el autocuidado físico supone todos los actos destinados a cuidar nuestro cuerpo.
Entre ellos se encuentran cuidar la alimentación y asegurarnos de ingerir todos los nutrientes y líquidos necesarios para conseguir un buen equilibrio en nuestro cuerpo. Recuerda que el cuerpo necesita proteínas, vitaminas, carbohidratos, grasas... ¡todos los nutrientes! Es importante que no dejes de lado las necesidades de tu cuerpo. Si no te alimentas de forma adecuada puedes tener problemas gastrointestinales, dolores de cabeza o mareos o incluso llegar a tener enfermedades físicas asociadas a la mala alimentación, que a su vez alteraran tu salud mental.
Igualmente, realizar ejercicio físico a diario es esencial para mantener un buen estado de salud. No es necesario que todos los días vayas dos horas al gimnasio, pero sí que conviene dar al menos un paseo en el día a día.
Tampoco se puede dejar de lado el descanso, y es que dormir las horas necesarias y con un sueño de calidad es necesario para nuestro bienestar.
La higiene tampoco debe dejarse de lado, así como cuidar nuestro aspecto personal. Un aspecto descuidado provoca también malestar a nivel psicológico y aumenta la probabilidad de que no nos autocuidemos en el resto de ámnbitos.
No sobra decir que consumir sustancias tóxicas, como el alcohol o el tabaco, dificulta el autocuidado físico.
Otro tipo de autocuidado es el psicológico. Recuerda que los problemas psicológicos también afectan al cuerpo. En muchas ocasiones el malestar psicológico (ansiedad, depresión) provoca problemas físicos que no tienen causa orgánica aparente. Es decir, el estrés o la depresión pueden generar dolor de cabeza, problemas gastrointestinales leves o severos, dolores musculares o problemas en la piel, entre otros. Cuidar nuestra mente es una parte esencial del autocuidado. En ocasiones, acudir a un profesional puede ser adecuado para encontrar un equilibrio de bienestar.
Los seres humanos somos sociales por naturaleza y es que hemos nacido para estar en sociedad y comunicarnos. Mantener unas buenas relaciones sociales es indispensable para la salud mental.
Privarnos de estas relaciones puede llevarnos a tener problemas de salud mental, como ansiedad o depresión y a descuidar el resto de autocuidados, incluso dejar de prestar atención a nuestro cuerpo.
A veces el ajetreo de nuestra vida nos lleva a dejar de lado la socialización, lo cual siempre es un error por su influencia en la globalidad de la persona. ¡A veces conviene dejar un poco de lado las obligaciones y prestar atención a los deseos!
La espiritualidad es importante y, en este sentido, no nos refereimos solo a tener una religión. Para algunas personas, creer en esta religión es una forma de encontrar ese autocuidado espiritual y esa tranquilidad. Sin embargo, existen otras formas de autocuidado espiritual, que pueden tener que ver con la meditación o el autoanálisis.
Aprender a controlar nuestras emociones, a entenderlas e incluso a cambiarlas, así como adquirir habilidades adecuadas de afrontamiento, solución de problemas o de tolerancia a la frustracción y la incertidumbre, es muy importante para poder tener un buen autocuidado emocional.
El ser humano es global. Todas las áreas influyen en el bienestar de la persona y es importante prestarles atención. De nada sirve cuidar la salud física, si no prestamos atención a la psicológica.
Tener un buen autocuidado mejora la autoestima, la capacidad de afrontamiento de situaciones complicadas, reduce la ansiedad y la depresión y mejora las relaciones sociales. Además, ayuda a mejorar y conseguir el autocrecimiento personal.
Todo ello es una buena señal de bienestar personal.