Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
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El concepto de baja autoestima es conocido por todos nosotros. Lo habrás escuchado cientos de veces como un sinónimo de falta de amor propio y seguridad. Pero, ¿realmente que es y por qué se crea?
Para entender qué es la autoestima, primero es importante conocer qué es el autoconcepto.
El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos. Cuando te miras al espejo o cuando piensas sobre tus características personales, te ves de determinada manera. Veras por ejemplo que tienes el pelo liso, que tu nariz es pequeña, que tus ojos son marrones, que eres amable, a veces poco responsable o un poco despistado. Esto es el autoconcepto: cómo te percibes a ti mismo.
Una vez te has percibido, llega el momento de la evaluación. Y es ahí donde entra en juego la autoestima. Si estas características las valoras de forma positiva, tendrás una buena autoestima. Si lo evalúas de forma negativa, seguramente tu autoestima esté baja.
Por tanto, la baja autoestima sería una forma negativa de valorar nuestro autoconcepto, nuestras características personales. Implica además tener dificultades para valorar los aspectos positivos.
La baja autoestima se convierte en un diálogo interior en nuestro día a día, que nos limita en la mayoría de ámbitos.
Aunque cada persona es diferente y puede tener diferentes características, hay algunos aspectos de la persona con baja autoestima que suelen ser comunes y que conviene tener en cuenta.
Si tienes la autoestima baja es probable que a la hora de tomar decisiones no te fíes de tu propio criterio y, por tanto, te resulte difícil tomar una decisión.
Si dudas de tus cualidades, seguramente pienses que no tomarás una decisión o que tu decisión será juzgada por otros.
Si ves aspectos negativos en tu físico o en tu personalidad, intentarás comprobar continuamente si esta valoración es adecuada. Por tanto, estarás atento a cualquier opinión o crítica de otros. Incluso puede que mal interpretes los comentarios que otro pueda hacerte.
Y es que habitualmente, si tienes la autoestima baja, pensarás que no puedes o no serás capaz de conseguir las cosas. Digamos que te verás insuficiente en comparación con otras personas.
La valoración negativa en cierto sentido también está influenciada por las comparaciones con otras personas. Y es que si piensas que eres poco atractivo, verás características físicas en otras personas que a ti te gustaría tener. Si piensas que eres poco hábil, también te compararás con los éxitos de otros. Y así con un sinfín de cosas.
Acabarás quitando importancia a las cosas buenas de ti, aunque otros te den esa opinión positiva. Incluso pensarás que otro te miente si destaca una de tus cualidades.
Si tú no te ves de forma positiva, te parece imposible que otros te vean de forma positiva, por lo que lo minimizarás o incluso negarás.
Intentarás no salir de tu zona de confort, no asumir riesgos o no hacer cosas diferentes. Es habitual que si tienes la autoestima negativa seas más pasivo e vites realizar cosas. Y es que al hacer cosas nuevas es cuando se ponen en marcha algunas cualidades que vemos en otros y que minimizamos de nosotros o pensamos que no tenemos: originalidad, adaptación a los cambios, extroversión, inteligencia…
Si dudas de tus cualidades, evitarás mostrarte ante otros por miedo a que te vean igual de mal que te ves tú. No estarás seguro de tus opiniones, gustos o deseos y tampoco querrás compartirlo con otros.
Esto en muchas ocasiones lleva a quien tiene la autoestima baja a aislarse del resto.
Dependerá de otros para tomar decisiones, para realizar cosas nuevas, para ir a lugares, para sentirse “segura”.
Y es que sentirse juzgado por otro hace sentir incomodidad. Por ello, a veces intentarás defenderte, aunque en el fondo sepas que el otro tiene razón en su crítica.
En ocasiones pueden culpar a otros o a causas externas de sus errores, como una forma de autoprotegerse.
Estarás tan orientado a los demás y tendrás tanto miedo de que los demás no se vayan, que darás todo por el resto de personas, sin querer nada a cambio.
Detrás de todo existe un miedo a quedarse solo, a que los demás no te acepten, a que quedes apartado de la sociedad.
Intentará siempre ver los aspectos negativos de todas las cosas, incluso cuando parezca que haya cosas positivas.
Al ver todos sus aspectos negativos, intentarán utilizar estas características para explicar los errores o sucesos negativos. Se culparán y machacarán continuamente por las cosas que pasen, aunque en realidad no tengan la culpa de ello.
¿De dónde viene la baja autoestima? ¿Cómo creamos esta valoración sobre nosotros?
Todo lo que nos pase en nuestra vida influye y, generalmente, todo empieza cuando somos pequeños.
Una causa común son las malas experiencias en el colegio. Si sufrimos bullying, es muy probable que acabemos creyéndonos que somos inferior al restoo que las características que otros valoraban de forma negativa son en verdad negativas.
Pero esta no es la única causa, la educación en casa también influye, la forma de criarnos o todo lo que vemos a nuestro alrededor. Somos esponjas que absorbemos todo lo que vemos.
Si en nuestra casa nuestros seres queridos juzgan mucho a los demás, puede que acabemos o juzgando nosotros también o prestando excesiva atención a nuestras características para evitar que otros nos juzguen. Si ves a la gente juzgar, puede que pienses que otros te juzgarán a ti también.
Un ambiente sobreprotector también puede hacer que nuestra autoestima disminuya en el futuro. Cuando creces y te enfrentas a la realidad, es posible que te choques contra un muro. Si te han hecho todo de pequeño, cuando tengas que hacerlo de mayor te verás incapaz y acabarás frustrándote y valorándote negativamente.
En resumen, aprendemos a tener baja autoestima. Es algo que no viene de serie, que se va creando con el paso del tiempo y se va incrementando si no le ponemos fin.
Tener la autoestima baja te limitará a la hora de desarrollar ideas, proyectos, de tener vida social o sentimental. Te limitará en el día a día.
Una persona con baja autoestima es común que se aísle, que deje de hacer actividades o no empiece a hacerlas por miedo a ser juzgado o juzgada.
Puede que vaya por la calle y piense que otros le juzgan o se rían de ella. Evitará miradas a toda costa.
Tendrá dificultades en las relaciones sociales con los otros, no expresará sus opiniones o sus sentimientos, no se abrirá a los demás.
Las consecuencias pueden ser múltiples, incluso pueden llevar a problemas de carácter psicológico más fuertes, como la depresión o la ansiedad.
Hay que tener en cuenta, y esto es muy importante, que todo lo que se aprende se puede desaprender. Podemos, por tanto, aprender a tener una mejor autoestima.
Y esta es una parte muy difícil. Porque generalmente evitarás pensar en ello o mostrarlo ante otros. Pero es importante que sepas qué cosas no te gustan de ti. Anótalas en un cuaderno, toma consciencia de cuáles son tus aspectos negativos.
Encuentra explicación a tus defectos. ¿Son defectos objetivos o en realidad es una mera subjetividad? Analiza si tienes pensamientos distorsionados sobre ti o el mundo.
Busca en tu pasado, seguramente algunas características de tu entorno te influyeron a la hora de desarrollar tu autoestima. Entender de dónde viene es esencial para poder cambiarlo.
Deja de minimizar tus cosas positivas. Encuentra aspectos que te gusten de ti y transforma los defectos en virtudes. ¿Cómo se hace esto? Seguramente tu defecto sirva para algo. Por ejemplo, si no te gustan tus dedos largos y siempre los has juzgado, cambia este pensamiento y míralo desde otra perspectiva: seguramente tener los dedos largos implica que seas más mañoso o que puedas acabar siendo un experto en el piano.
Descubre qué cosas has dejado de hacer por tu baja autoestima y dale la vuelta. Si te da miedo ir a un karaoke a cantar, aunque es algo que te encanta, ¡hazlo y prueba!
A veces es difícil darse cuenta uno mismo de todos estos aspectos. Si no eres capaz de salir de tu baja autoestima, pide ayuda a un psicólogo.