¿Qué es el colapso mental?


El colapso mental, también llamado “mental breakdown”, es una etiqueta que se utiliza de forma popular. Se refiere al estado mental de una persona que no se encuentra en calma, al estar soportando una gran carga mental o no saber gestionar aquello que le está ocurriendo en ese momento.


Todo el mundo puede llegar a este colapso, si las circunstancias desfavorables se mantienen en el tiempo y la persona no es capaz de manejarlas de una forma sana.


Síntomas del colapso mental


El colapso mental está muy relacionado con los síntomas de ansiedad y de estrés. Hay que tener en cuenta que estos síntomas deben haberse mantenido en el tiempo para que la persona llegue a colapsar.


Fatiga


El cansancio en el colapso mental no suele ser físico, sino mental. A pesar de esto, sí es posible que se manifieste en unas continuas ganas de dormir, pero que ese descanso nunca llegue a ser reparador.


Sobrepensar


El colapso tiene mucho que ver con la carga mental que produce  sobrepensar mucho las cosas. Normalmente los pensamientos que se rumian suelen ser negativos, catastrofistas y vinculados a alguna preocupación.


Apatía y anhedonia


La persona se encuentra apática, sin ganas de llevar a cabo sus obligaciones, pero tampoco aquellas cosas que antes le reportaban bienestar y satisfacción. Aparece una gran falta de ilusión y motivación, así como dificultad para experimentar placer (lo que en clínica se llama anhedonia).


Emociones negativas


Las emociones como el enfado, la irritabilidad, la tristeza o la frustración están muy presentes en la vivencia emocional de la persona que ha colapsado mentalmente. De esta forma, se eclipsan el resto de sentimientos positivos.


Problemas de sueño


El darle tantas vueltas a las cosas en nuestro pensamiento puede hacer que conciliar el sueño no sea tarea fácil, a pesar de la sensación continua de agotamiento. También pueden darse problemas para mantener el sueño, de tal forma que nos despertemos continuamente durante la noche o aparezcan pesadillas. El resultado es un  sueño de poca calidad, que a su vez hace que se incremente el cansancio mental.


Cambios de peso


Puede haber cambios en el peso no buscados por la persona debido al colapso mental. Esto suele deberse a una mala gestión de la alimentación, o a que la persona no come porque sus emociones negativas le quitan el apetito.


Fallos en la memoria


No se trata tanto de que nuestra memoria este neurológicamente afectada, sino que dentro de este colapso no podemos codificar bien los recuerdos. La causa de esta mala codificación es que la persona con colapso mental está pendiente de otras cosas, no prestando la suficiente atención al momento presente.


Falta de concentración


Se gastan muchos recursos atencionales para sobrepensar las preocupaciones, lo que hace que no focalicemos la suficiente atención en otras cuestiones importantes, como pueden ser los estudios o el trabajo.


Alteraciones físicas


En el colapso mental también se dan alteraciones digestivas, dolores musculares de la tensión ejercida por las preocupaciones o incluso cefaleas, al contraer mucho los músculos del cuello.


Desrealización


Tambien se produce en constante sentimiento de que las cosas no son reales, como si lo que nos está ocurriendo formase parte de un sueño o de un pensamiento inventado, más que de la realidad.


Causas del colapso mental


No hay una causa única y total que pueda hacer que nos colapsemos. Que lleguemos a este punto no solo depende se las circunstancias del entorno, sino que también surge de las características de personalidad o incluso del estilo de afrontamiento de cada persona.


Además, este sentimiento de sobrecarga mental, puede hacer que la persona gestione sus emociones de una forma desadaptativa.


Por otra parte, no podemos olvidar que el frenesí de la sociedad actual, que nos hace buscar la inmediatez y la rapidez en las cosas, puede hacer que el colapso llegue mucho antes y que afecte a muchas más personas. De esta forma la salud mental de la sociedad en general se ve altamente afectada.


Cómo gestionar un colapso mental


El primer paso para gestionar el colapso mental es detectar bien los síntomas, para saber identificarlo. Podemos darnos cuenta de que estamos en esta situación de saturación si tenemos algunos de los síntomas anteriormente mencionados pero, si no tenemos claro que esto es lo que nos ocurre, es importante acudir a un profesional.


Una vez identificado el colapso mental, es útil tratar de tomar distancia de aquello que nos hizo daño. No podemos sanar desde el mismo lugar donde enfermamos y, aunque muchas veces no podemos modificar nuestro entorno, es necesario hacer algunos cambios que nos permitan salir del bloqueo.


Es fundamental revisar cómo interpretamos aquello que nos pasa. Muchas veces el problema no es tanto que nos ocurra algo grave, sino que interpretamos las cosas de forma muy catastrofista.


Existen algunos ejercicios de respiración y relajación, que pueden ayudarnos a reducir el colapso mental. La relajación física muchas veces ayuda a conseguir una poco de relajación mental. Puedes saber más sobre estas técnicas en nuestro artículo sobre relajación para  reducir la ansiedad. En este sentido, puede ser beneficioso para la persona cerrar los ojos para acabar con el exceso de estimulación


También suele funcionar muy bien decirnos a nosotros mismos autoverbalizaciones positivas. Consiste en hacer un recorrido mental de lo que nos está pasando y también de aquellas cosas que, en situaciones anteriores, nos han ayudado a superar el colapso mental o una situación de mayor estrés.


Cómo prevenir un colapso mental


Además de tomar los anteriores consejos como una forma de vida, en nuestro día a día, te damos algunos consejo que pueden ayudarte a mantenerte sano mentalmente.


Evitar sobrepensar


Es importa tratar de identificar cuándo estamos pensando en exceso una idea, para tratar de cortar ese círculo vicioso. Pensar demasiado nos aleja de otras actividades más provechosas en nuestro día a día. Además, muchas veces las ideas que sobrepensamos están distorsionadas, es decir, no se corresponden con la realidad.


Trabajar nuestras inseguridades


El colapso metal y las preocupaciones que van de su mano, muchas veces, surgen de nuestras propias inseguridades a la hora de valorar nuestra capacidad de hacer cosas. Es útil que trabajemos nuestra  autoestima, con el fin de tomar el control de lo que nos ocurre.


Practicar el autocuidado


El  autocuidado  implica hacer cosas que pueden ser muy agradables y otras que no tanto, pero la meta de respetarse a uno mismo siempre es un objetivo a conseguir. Para esto es importante llevar a una alimentación sana y consciente, tener una vida activa, evitar el sedentarismo, llevar una correcta higiene del sueño y establecer límites en nuestras relaciones interpersonales.


Fomenta relaciones sanas


Tener una fuente de apoyo para disfrutar y compartir los buenos momentos, y para sostenernos en aquellos no tan buenos, es fundamental para el bienestar. Esto nos evitará entrar en colapso mental, ya que podremos desahogarnos y dejar de lado algunas preocupaciones en algunos momentos de nuestro día a día.


Controlar la autoexigencia y el perfeccionismo


Aunque la autoexigencia y el perfeccionismo pueden ayudarnos a conseguir con buenos resultados aquellos objetivos que nos marcamos, también pueden ser un arma de doble filo. No permitirnos equivocarnos o querer hacer todo perfecto hace que aparezca ansiedad y preocupación.


Pide ayuda profesional


Si crees que con estas pautas no has conseguido salir del colapso mental o piensas que estás a punto de desbordarte, es esencial que acudas a un profesional de la psicología. Un psicólogo te ayudará a descubrir de dónde viene el bloqueo y te dará herramientas para salir de esta situación.



¿Necesitas más ayuda?


Reserva una sesión de terapia: