Exacto, un duelo no solo se vive cuando perdemos a alguien que ha fallecido, también cuando perdemos una relación, al final perder un amor también supone una adaptación a una nueva vida, una vida sin esa persona. El duelo es un proceso complicado, que no solo requiere de tiempo.


El tiempo ayuda a sanar la herida, pero si no le aplicas un tratamiento adicional, seguramente se reinfecte muchas veces. Es decir, el duelo no solo supone dejar que el tiempo pase, sino que es un proceso mental complejo que implica muchos cambios emocionales.


¿Qué es el duelo por amor?


El duelo es el proceso de adaptación después de un cambio muy grande. Todas las personas tenemos que pasar por duelos a lo largo de nuestra vida. El duelo habitualmente se vive cuando una persona querida fallece, pero también cuando perdemos una relación, una amistad, un trabajo o una mascota.


El duelo por amor implica llegar a aceptar que ya no vamos a estar con esa persona o que no llegaremos a estar con ella, en el caso de que sea un amor imposible. No obstante, para conseguir la aceptación hay que pasar diversos cambios emocionales que implican sufrimiento.


Fases del duelo por amor


Obviamente, depende del tipo de relación el tipo de duelo que la persona viva, así como el tiempo que requiere la adaptación. También dependerá de otras cosas como la personalidad, las habilidades de afrontamiento de la persona, quién de los dos haya dejado la relación, o la ayuda del entorno.


Sin embargo, al perder un amor u olvidar a alguien que no te quiere es común vivir diversos cambios emocionales. Estos cambios no tienen por qué darse en un mismo orden, ni tienen por qué ocurrir todos en todas las personas. Esto es una generalidad entre las múltiples reacciones que puede tener cada persona.


Es común que en un principio exista una fase de shock o de negación. En este momento la persona no es capaz de hacerse a la idea de que ha perdido a la otra persona. Suele ser un mecanismo defensivo del cerebro, para amortiguar el dolor tan grande que supone perder a alguien que ha formado parte de nuestra vida o que quisiéramos que forme parte de ella. Es una fase que suele durar poco tiempo, después inevitablemente la realidad empieza a asomar.


Otra de las fases más comunes es la fase de ira o enfado. En este momento la persona que intenta superar un amor se enfada ante la realidad de la pérdida. El enfado puede ser con ella misma, por no haber conseguido mantener la relación, por las cosas que podría haber hecho o no haber hecho. También puede existir ira contra la otra persona, por haber decidido dejar la relación o por no haber luchado por mantenerla. En ocasiones la ira también puede extenderse a terceras personas, llegando a culpar a otros de la ruptura.


Tras esto, el enfado va calmándose y aparece una negociación o un intento de volver a la relación. La persona no acepta que todo haya terminado e intenta buscar cualquier esperanza de recuperación. Puede que intente volver a hablar con la persona o que busque cualquier opción para solucionar el problema


No obstante, una vez se da cuenta de que la pérdida no se puede revertir, aparecerá una fase depresiva. No se trata de una depresión, sino de un momento con síntomas de tristeza y desolación. Puede que sea la fase en la que la persona está más hundida y puede tener una duración variable.


Una vez superada la fase de tristeza, se suele avanzar hacia la aceptación y a veces el crecimiento. Normalmente todo duelo lleva un aprendizaje.


Olvidar a alguien que no te quiere


Esta teoría se puede encontrar en muchas partes pero, a nivel práctico, ¿cómo se puede atravesar este proceso lo más rápido posible y con el menor sufrimiento? Te damos algunas claves.


1. No evites el dolor.


Evitar el dolor solo hace que el sufrimiento se mantenga en el tiempo o incluso se incremente en el futuro. Superar un desamor es difícil, pero es algo que tenemos que enfrentar y aceptar. Muchas personas intentan evitar pensar en ello o evitar llorar, hasta que el duelo se enquista y se agranda. En algún momento las emociones tenderán a salir y todo será más complicado.


Si tienes ganas de llorar, llora. Si necesitas hablar, hazlo. Superar un duelo requiere un trabajo mental. El dolor tiene que vivirse.


2. Comprende tus emociones y normalízalas.


En un estado tan duro a veces es complicado entender lo que sentimos. Identificar en qué momento estás o qué emociones y sentimientos estás sintiendo hacia esa persona es un paso esencial para poder avanzar. ¿Sientes tristeza? ¿o más bien estás enfadado? ¿Tienes miedo o decepción? Son muchos los sentimientos e identificarlos es el primer paso para lograr superarlo. No sientas vergüenza por experimentar estas emociones, es totalmente normal y tú eres el primero que tienes que aceptar esto.


3. Cierra la relación y pon distancia.


Es duro y difícil, pero es esencial. Para avanzar en el duelo es importante cerrar la relación y alejarse.


En muchas ocasiones las personas evitamos todo lo posible alejarnos de esta persona. Puede que incluso intentes chantajear a la otra persona para que “no te deje solo”. No obstante, esto solo alargará el sufrimiento. Uno de los pasos más importantes es dejar de ver a esta persona, dejar de hablar con ella.


Ten en cuenta que antes de poner distancia es importante haber cerrado la relación. Y es que la incertidumbre impide el duelo. Si no está claro que la relación haya terminado, no podrás comenzar el duelo porque siempre quedará esperanza.


4. Deja de idealizar a esa persona.


Todo el mundo tiene defectos y las relaciones también. Cuando estamos enamorados tendemos a idealizar a la otra persona, como si no existiera nadie igual o no tuviera ningún defecto.


Empezar a identificar las cosas negativas de esa persona o de esa relación te ayudará a avanzar e incluso crecer y en un futuro tener más claras las cosas que quieres en una relación.


5. No dejes de lado tu autocuidado.


Olvidar a una persona que no te quiere es difícil, pero en ningún caso debes abandonar tu autocuidado. El autocuidado se refiere al cuidado físico, psicológico, social y emocional sobre tu persona. La relación es importante, pero a veces hay que ser un poco egoístas y pensar en uno mismo. No dejes tus hábitos de vida ni dejes de realizar actividades por la tristeza de vivir el desamor.


6. No abuses de las redes sociales, pero tampoco las evites.


Ver las redes sociales puede hacernos pasar malos momentos en el proceso de duelo. Ver historias en instagram de esa persona puede ser dañino por los pensamientos y emociones que todo esto puede generar. En un principio, es importante que no abuses de las redes sociales. Si tienes que evitarlas durante un tiempo, evítalas. En las primeras fases del duelo puede ser muy doloroso.


No obstante, a la larga es importante que no evites ver a esa persona en las redes. Evitar siempre la realidad de que pueda estar con otras personas o pueda divertirse sin ti no ayuda al duelo. Es importante que vayas normalizando a esa persona como alguien más, para lo cual es esencial enfrentarte a la realidad.


7. Detecta pensamientos exagerados o irracionales.


Todas las personas tenemos pensamientos irracionales o poco eficaces en nuestra vida cotidiana. No obstante, cuando perdemos a un amor y estamos sufriendo es muy común exagerar las cosas, verlo todo en negativo, interpretar situaciones o intentar adivinar lo que piensa o hace la otra persona.


Todo ello son distorsiones cognitivas que tenemos que detectar y cambiar por pensamientos más realistas y racionales. A veces conviene analizar nuestra forma de pensar y darnos cuenta del daño que hace


8. Busca apoyo en amigos y familiares.


No pienses que molestas. Es importante buscar y recibir el apoyo de tus personas cercanas. No podrán eliminar tu dolor, pero sí contenerte emocionalmente. Aprovecha y haz planes que nunca haces. Sal con tus amigos, con una forma de despejar tu mente y de liberarte. Recuérdate a ti mismo/a que es bueno vivir y divertirse.


9. Si lo necesitas, pide ayuda profesional.


Si crees que no puedes pasar por esto solo/a, busca ayuda profesional para superar el duelo por amor. El psicólogo puede acompañarte durante el proceso y darte pautas para que todo se haga de la forma más sana y eficaz posible.




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