Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Pensar en dejar la relación sentimental con nuestra pareja es una decisión difícil y un pensamiento muy duro. Es un punto de inflexión en nuestra vida, pues teníamos pensado llevar a cabo muchos planes y vivir muchos momentos con esta persona. Cada relación es diferente y única y los problemas pueden llegar de muchas vías.
Por una parte, la relación puede desestructurarse por una infidelidad. Esto ocurre cuando un miembro o los dos de la pareja rompen el compromiso para tener contacto sentimental o sexual con una persona diferente a la pareja.
Así mismo, también pueden existir problemas relacionados con el aburrimiento o el estancamiento. Sentirse estancado en una relación implica que parece que la relación se ha parado, que no avanza y permanece en la misma situación durante mucho tiempo, lo que provoca aburrimiento y desmotivación. Esto suele ocurrir cuando llevamos mucho tiempo con una persona, sentimos que ya nos conocemos mucho, que nos lo hemos contado todo o cuando la vida en pareja se convierte en rutina. Si quieres saber más sobre el sentimiento de sentirse estancado, puedes leer nuestro artículome siento estancado.
Por otra parte, puede que los problemas de pareja estén relacionados con la pérdida de pasión sexual. Uno de los elementos de una relación sentimental está relacionado con la intimidad y la sexualidad. A veces los encuentros sexuales con la pareja pueden llegar a aburrirnos, a ser rutinarios o a hacernos perder un poco la pasión y el deseo que nos provocaba nuestra pareja.
Igualmente, también pueden existir problemas en la convivencia o de celos. Habitualmente están relacionados con la falta de comunicación o de flexibilidad. La convivencia es difícil, las personamos somos diferentes y tenemos maneras diversas de realizar las cosas.
Otro tema de inflexión suele ser la falta de acuerdo entre temas relacionados con los hijos o la forma de vida. A veces un padre quiere educar a un hijo de una forma diferente al otro y esto puede traer discusiones o problemas. También otro tipo de problemas relacionados con los hijos (problemas de conducta por ejemplo) puede llevar a dificultades en la pareja.
Cuando existe una infidelidad por un miembro en la pareja, normalmente hay una ruptura que hace que la relación entre en crisis. Es un problema que cada pareja puede gestionar de determinada forma y para lo que tienes que tener en cuenta algunos criterios.
Primero de todo, es importante que valores si deseas arreglar la relación. Aquí entrarán en juego tus valores, el tipo de relación o compromiso, la actitud de la persona infiel o los objetivos de pareja, entre otros. Tienes que tomar una decisión basada en las ventajas y los inconvenientes de seguir o no con esta relación.
Si ambos decidís salvar vuestra relación, lo siguiente será empezar a comunicaros mejor en pareja. Hablad sobre el suceso, dar vuestra opinión o vuestros sentimientos, hablad con sinceridad y confianza entre vosotros. Es importante cerrar la herida para poder continuar de forma sana.
Una vez zanjado el tema es importante que decidáis cómo va a continuar la relación. En este sentido, un compromiso tiene que tener determinadas cláusulas que conviene aclarar. Acordar cómo queréis que sea vuestra relación, llegad a un punto de encuentro entre ambos. Decidid si es momento de empezar desde cero o si podéis retomar la relación, pero con cambios.
Después, que da el trabajo de recuperar la confianza, lo cual seguramente llevará tiempo y paciencia. Es importante que la persona afectada por la infidelidad acepte sus emociones y no se frustre. Tomar la decisión de seguir en pareja requiere dejar atrás algunas cosas y sanar el daño.
Si quieres saber más sobre esto puedes leer nuestro artículo sobre cómo superar una infidelidad.
En una pareja habitualmente existen diferentes fases. Primero suele haber unos primeros meses de enamoramiento, o también llamado “luna de miel”, donde ambos miembros de la pareja están ilusionados, motivados y enamorados. Todo lo que la otra persona hace está bien y nos encanta, tenemos la vista nublada de las posibles cosas negativas que existen en esa persona, si vemos los defectos los ignoramos y la otra persona está en un altar.
Posteriormente y según va pasando el tiempo la pasión se va reduciendo para ir caminando hacia una estabilidad. Ya no es todo tan intenso, aunque siga existiendo amor y pasión. Empezamos a ver los defectos de la otra persona e incluso a discutir con ella, como algo evidentemente normal. En esta fase de noviazgo vamos mejorando en intimidad y confianza, hablamos y conocemos más a la otra persona.
Después de un tiempo de conocimiento y de compartir vivencias, emociones, experiencias, vamos entrando en una vida en pareja más estable y más rutinaria. Es en este momento cuando sentimos que ya conocemos a la persona, cuando más nos desquician sus defectos o cuando empezamos a aburrirnos de la rutina. Aquí puede llegar el estancamiento en la pareja.
Superar el estancamiento requiere por ambas partes de trabajo y compromiso. Requiere darse cuenta del punto en el que nos encontramos en nuestra relación, saber que queremos a la otra persona y que queremos solucionar el problema y despertar la chispa.
Es un tema que ambos tenéis que hablar. Lo principal siempre es la comunicación. Tenemos que contarle al otro cuáles son nuestras expectativas en una relación y cómo no se están cumpliendo. La otra persona también tiene que darnos su punto de vista. El objetivo es ver qué aspectos necesitamos cambiar en la relación para superar el estancamiento.
Superarlo requerirá por ambas partes el compromiso de hacer cosas diferentes, de preocuparse también por el otro, de compartir más tiempo juntos.
Si el problema radica en que uno o los dos miembros de la pareja tiene otro problema psicológico relacionado con la depresión o la ansiedad, es importante solucionar este problema de base para solucionar el problema en pareja.
Si el problema de pareja se encuentra a nivel sexual, es importante también sentarnos a hablar. El sexo puede ser un momento muy especial y placentero para ambos miembros de la pareja, o puede convertirse en una rutina o una obligación.
Tenemos que detectar los aspectos negativos de nuestras relaciones sexuales. Habla con confianza de qué es lo que piensas y sientes sobre el momento íntimo.
Para recuperar la pasión es importante incluir novedades en el acto sexual: no siempre hacer lo mismo, a la misma hora y en el mismo sitio. Puede ayudar incluir objetos sexuales, geles íntimos o actos diferentes.
Para dar y recibir placer es importante conocer a la otra persona y a nosotros mismos. Saber qué le gusta al otro y qué nos gusta a nosotros y comunicarlo. Explorar el cuerpo y el acto de diferentes formas, dedicarnos tiempo y disfrutar del momento.
Si el problema sexual radica en que existe algún problema psicológico como la eyaculación precoz o el vaginismo, es importante no dejarlo de lado y acudir a un profesional de la psicología, sexólogo.
Cuando lo que quema la relación es la convivencia y la falta de acuerdo en cosas de pareja, forma de vida o educación de los hijos, lo más importante nuevamente es mejorar la comunicación y la flexibilidad.
Es normal no estar de acuerdo en todo. Somos personas diferentes con diferentes formas de hacer las cosas. No obstante, siempre es posible llegar a un acuerdo en pareja. En este acuerdo seguramente sean ambas partes las que tengan que ceder un poco. Ni un extremo ni el otro, lo importante es llegar a un punto en el que ambos se sientan cómodos.
Tomad decisiones entre los dos, viendo las consecuencias de cada decisión y valorando cuál es la más indicada
Otro típico problema en pareja son los celos. Los celos pueden ocurrir si existen razones objetivas para desconfiar de la otra persona o por inseguridades de quién los expresa. En este sentido, si existen celos puede que haya interpretaciones erróneas o distorsionadas, que conviene analizar.
Para eliminar los celos es importante también la comunicación. Mejorar la comunicación entre ambos es esencial para mejorar la confianza. Así mismo, a veces y si los celos son patológicos puede ser necesaria la ayuda profesional.
Para saber más sobre los celos en la pareja y cómo eliminarlos puedes visitar nuestro artículo: celos en pareja.
Para cualquier problema en pareja es importante tener en cuenta algunas pautas, que te permitirán mejorar en el problema.
Según el tipo de problema tendremos que tomar diferentes decisiones que nos ayuden a salvar la relación. En este sentido conviene saber de dónde vienen las dificultades, para poder atajarlas.
Es un buen momento para mejorar la comunicación. Busca un momento tranquilo para empezar a hablar de vuestros problemas. Compartid los problemas es el primer paso para que ambos seáis conscientes de lo que pasa y de si lo queréis solucionar.
No te guardes tus sentimientos o tus opiniones. La otra persona no es adivina y no puede saber lo que tú estás sintiendo. Comunica cómo te sientes con lo que ocurre y qué crees que debería cambiar para estar mejor.
A veces cometemos errores. Y no pasa nada. Lo importante es saber verlo y pedir perdón. Tragarnos nuestro orgullo para ser sinceros con el otro y con nosotros mismos.
No digas las cosas gritando o no pienses que la otra persona tendría que adivinar lo que piensas con tus actos, sin comunicarte. Es importante que te comuniques de forma asertiva y clara. No utilices una comunicación agresiva o pasiva.
Si encontráis los problemas podéis encontrar las soluciones. Hablad sobre cómo solucionar el problema, llegar a un acuerdo, ceded un poco cada uno y luchad juntos.
A veces es necesario un poco de ayuda. Si creéis que por vosotros mismos no sois capaces de solucionar la grieta, podéis pedir ayuda a un profesional de la psicología dedicado a la terapia en pareja.