Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Blog>Sexualidad>Cómo seducir a tu pareja
Seducir significa atraer físicamente a alguien teniendo el objetivo de obtener una relación sexual o de recibir las mismas señales de deseo por parte de esa persona
Para seducir ponemos en marcha una serie de técnicas de cortejo, acercamiento, halagos y muestras de deseo. El objetivo es crear un ambiente de deseo e intimidad con la persona para conseguir una relación más cercana.
Normalmente pensamos que seducir es una técnica útil cuando no conoces a la persona a la que quieres acercarte. Sin embargo, en el ámbito de la pareja también puede ser una técnica gratificante y placentera.
Los seres humanos, al igual que los animales, tenemos la necesidad, muchas veces inconsciente, de atraer a otros miembros de su especie, para cubrir su necesidad de mantener relaciones sexuales.
Biológica y adaptativamente, el sexo es necesario. Y es que estamos "diseñados" para procrearnos y mantener la especie. También, el sexo es gratificante y adictivo, en tanto que estimula las áreas cerebrales del placer y mejora el bienestar.
Se puede seducir de forma inconsciente o consciente. El cuerpo del ser humano segrega algunas sustancias imperceptibles voluntariamente, pero que inconscientemente nos atraen. Es el caso de las feromonas, sustancias químicas que segrega nuestro cuerpo y se expandan por al ambiente. Detectamos las feromonas de otras personas y esto hace que nos sintamos atraidos por ella.
A nivel consciente, si vemos a una persona que despierta nuestro interés, es posible que intentamos seducirla utilizando diferentes estrategias de cortejo. Las miradas, el acercamiento, el roce, los halagos... Todo ello tiene el objetivo de conseguir acercanos a esa persona que despierta nuestro interés.
A medida que el tiempo pasa y aumenta la confianza en la pareja podemos sentir que ya no es necesario seducir al otro. Si la seducción sirve para atraer y conquistar a alguien y ya tenemos la cercanía de esa persona, ¿para qué seguir seducciendo? Este pensamiento es erróneo, en el sentido de que los seres humanos necesitamos esta magia y esta atracción para estar con alguien.
Si desaparece el deseo y la atracción es posible que la pareja pueda experimentar problemas a nivel sexual y sentimental.
La pregunta correcta debería ser ¿por qué no seducir a mi pareja y poder disfrutar de las sensaciones placenteras que esto provoca?
Para mantener la llama encendida es importante prestarle atención a la seducción y el deseo físico. Te damos algunos consejos para, a pesar del tiempo, mantener el deseo mutuo con tu pareja.
Tener una relación de pareja no tiene porqué significar estabilidad, rutina y aburrimiento. No es necesario que todo sea tan lineal. Es importante hacer cosas diferentes, que puedan mantener el deseo y las ganas de estar con la otra persona.
Sorprende a tu pareja a menudo, no conviertas la vida en pareja en una rutina. Realiza nuevos planes, propón cosas, sal de la zona de confort.
No tenéis porqué tener relaciones sexuales siempre en el mismo lugar y a la misma hora. La magia se mantiene con la novedad. Experimentad cosas que antes no habíais hecho, siempre hay cosas nuevas que se pueden hacer. Propón a tu pareja vivencias sexuales, intenta llevarlas a cabo y que ambos disfrutéis de ellas.
En una relación de pareja es importante el deseo, pero también la intimidad y la confianza. Crear un entorno en el que puedas comunicarte con la otra persona, hablar de cualquier tema y en cualquier momento, puede ser esencial para mantener la llama.
También es importante poder comunicarse a nivel sexual y conocer qué es lo que le gusta a la otra persona y qué no. De esta forma podrás generar placer y mantener el deseo del otro.
Es común ver cómo las parejas encuetnran su forma de seducción particular. Ese juego de miradas, de caricias o de acercamientos diarios. No olvides mantener el juego, si te alejas de tu pareja, acabará perdiendo el deseo.
¡Y no tiene por qué ser solo sexo! Busca un tiempo a menudo para poder dar y recibir cariño de tu pareja. Abrazos, caricias, besos...¡Todo ello despierta el deseo! Busca crear un espacio de "solo tú y yo" y aprovecha ese tiempo para descubrir las cosas que al otro le gustan.
No todas las personas necesitamos las mismas cosas. Es posible que tu pareja necesite de ti algunas cosas que puedes detectar. Puede que te lo diga o que puedas saberlo a través de las conversaciones con esta persona. ¡No dejes nunca de lado las necesidades del otro! Las cosas que a ti te gustan, no tienen por qué ser las que le gusten al otro.
Seducir tiene que ser algo natural y a veces inconsciente. Es importante mostrar seguridad y determinación a la hora de presuadir al otro. Si te muestras inseguro o poco cercano, seguramente acabarás tirando por la borda la magia.
Así mismo, es importante mantener un buen lenguaje corporal. Las personas detectamos cosas de los demás a través de su comportamiento. Si apartas la mirada, es probable que muestres inseguridad o falta de deseo (aunque seguramente no sea lo que quieras mostrar), si no te acercas a la persona, es posible que parezca que no estás dispuesto al acercamiento. Fíjate en tu lenguaje corporal a la hora de hechizar al otro.
También es esencial fijarse en el lenguaje corporal del otro. Detecta si la otra persona está dispuesta a acercarse a ti o no. Ten en cuenta los momentos, a veces no es el momento adecuado para el acercamiento.
Utiliza y aprovecha todos los sentidos. El tacto, el olor o el oído pueden ser una forma interesante de despertar el deseo en la otra persona. No solo las miradas conquistan.
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