Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Por todos es bien conocido este trastorno psicológico. A menudo entendemos por depresión un estado de gran tristeza. Sin embargo, la depresión es mucho más que esto. Supone un conjunto de síntomas emocionales, psicológicos, físicos y conductuales. Los síntomas tienen un impacto en todos los ámbitos de la vida, llegando a atacar gravemente el bienestar de la persona.
Los síntomas de la depresión en mujeres no son muy diferentes a los síntomas en hombres, aunque existen pequeñas variaciones que conviene tener en cuenta.
Nuestro cuerpo y nuestra mente están estrechamente relacionados. Por ello, es común que a nivel físico expresemos la depresión.
Algunos de los síntomas físicos de depresión en mujeres tienen que ver con el cansancio. La mujer deprimida refiere tener falta de energía, lo que le lleva a reducir sus actividades diarias.
Igualmente, son comunes las alteraciones en el sueño, dormir mucho o dormir poco. Algunas personas tienen insomnio y otras hipersomnia, pero lo común en las mujeres deprimidas es que su descanso no es el más óptimo. A medida que tienes más insomnio están más cansadas y a medida que tienen más hipersomnia también. Por ellos los síntomas físicos se retroalimentan entre ellos.
Lo mismo ocurre con la depresión. Es común que las mujeres deprimidas tengan menos apetito o que coman más de lo normal. Todo ello también afecta a los síntomas físicos anteriores.
Otros síntomas físicos pueden ser algunas somatizaciones (dolores de cabeza, mareos, dolores musculares, molestias gastrointestinales…es decir, manifestaciones físicas del malestar psicológico), lentitud de movimientos y posición del cuerpo encorvada.
El síntoma por excelencia de la depresión es la tristeza. El deprimido experimenta un estado de tristeza que, más en mujeres que en hombres, les lleva también a tener ganas de llorar. La tristeza es tan fuerte que lleva a la persona a un bucle de emociones y pensamientos negativos.
Pero no solo ocurre esto, ya que la tristeza puede estar relacionada también con un vacío emocional, una apatía y una anhedonia (dificultad para experimentar placer y disfrute por las cosas).
En ocasiones también pueden aparecer síntomas ansiosos, irritabilidad o ataques de ira. Generalmente la ira no se dirige hacia los demás, sino que vive su frustración en soledad.
A nivel psicológico también es común que estas personas presenten baja autoestima, que ya podía estar de antes pero se ha visto reforzada por la situación actual.
La mujer con depresión a menudo presenta pensamientos distorsionados y negativos, que le llevan a tener a su vez más síntomas emocionales y físicos. Todo ello se convierte en un círculo vicioso del que es difícil salir.
Los pensamientos negativos pueden sobre uno mismo (de culpabilidad, de inutilidad, de no entender lo que le ocurre o de incluso odio hacia sí mismo), pero también sobre los demás o sobre el futuro, el cual se llega a considerar desalentador y catastrófico.
También existen otro tipo de síntomas cognitivos, relacionados con la dificultad de concentración y atención en el presente. La mujer depresiva puede estar tan cansada o embaucada en sus pensamientos, que tiene despistes a nivel laboral, académico o en el día a día y no es capaz de concentrarse en tareas concretas.
En ocasiones los pensamientos son tan intensos que llevan a la mujer a pensar sobre la muerte o sobre el suicidio.
La situación de tristeza y desasosiego provoca en la mujer tal malestar, que acaba retrayéndose y aislándose, abandonando de esta forma incluso actividades del día a día.
La persona con depresión evita o se escapa de situaciones sociales por no tener que enfrentarse a sus pensamientos. Además el cansancio, la baja autoestima y la tristeza le llevan abandonar tareas, incluso a dejar el trabajo o los estudios.
¿Por qué ser mujer te predispone más a tener depresión? La explicación se basa en una combinación de factores hormonales, biológicos, genéticos, sociales y psicológicos en la mujer.
Por una parte, las alteraciones hormonales, principalmente en algunas etapas de la vida de la mujer, son de gran importancia a la hora de desarrollar depresión.
En este sentido, hasta la adolescencia la predisposición es la misma en hombres que en mujeres. Sin embargo, aproximadamente a los 16 años se puede desarrollar el llamado síndrome premenstrual (o trastorno disfórico premenstrual), en el que aparecen síntomas depresivos.
Igualmente, las mujeres son más propensas a sufrir depresión en periodos de fluctuaciones hormonales, como puede ser el embarazo, la menopausia o los periodos de menstruación.
Aunque los factores genéticos influyen a ambos sexos, hay estudios que demuestran que la mujer tiene más probabilidad de desarrollar el trastorno si hay un factor ambiental que lo detone.
El estrés ambiental suele ser un factor que, unido a otros, acabe haciendo que aparezca la depresión. Las mujeres son más propensas a que estos factores ambientales les afecten y acaben provocando una depresión.
Situaciones complicadas o traumáticas, situaciones de estrés por cuestiones sociales o ambientales (del trabajo, del cuidado de los hijos, etc.), pueden ser de vital importancia.
Igualmente las pérdidas son un desencadenante importante de la depresión. Hablamos de la pérdida de familiares, pero también pérdidas a nivel sentimental o incluso del trabajo o de la juventud.
En nuestro artículo 5 causas de la depresión (aún sin subir) puedes conocer con más detalle todo lo relacionado con los factores de riesgo.