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¿Qué son las disfunciones sexuales?


Una disfunción sexual es cualquier problema que se dé en el ámbito de las relaciones sexuales, en cualquier momento de las fases del acto sexual, y que impida que uno o ambos componentes de la relación disfruten con total plenitud. Las causas de una disfunción sexual pueden ser psicológicas, físicas, o de ambos tipos.


La disfunción puede darse en el hombre, en la mujer o en ambos. También pueden darse disfunciones en relaciones mantenidas por personas del mismo sexo. Sin embargo, en realidad la disfunción puede considerarse más como un problema de pareja que como un problema individual. Esto es esencial a la hora de “buscar culpables”. No podemos considerar que porque el problema se manifieste en una de las personas esta tiene “la culpa”. No es cuestión de buscar culpables, sino de saber de dónde surge el problema y solucionarlo.


Causas de las disfunciones sexuales


Las causas de una disfunción sexual pueden ser muy diferentes. En la mayoría de los casos no hay una única causa y haya que tratar el problema en su totalidad.


En cualquier caso, podemos distinguir causas físicas u orgánicas y causas psicológicas o sociales. En las primeras, la disfunción dependería en mayor medida o en su totalidad de algún problema orgánico y no sería la función del psicólogo buscar las soluciones. Sin embargo, si no existe una causa física, la disfunción surgiría esencialmente de algo psicológico.


Si tenemos en cuenta los factores psicológicos o sociales, en muchas ocasiones, existe una inadecuada educación o formación en sexualidad. Esto en cierto sentido es porque estamos rodeados de mitos sexuales, que nos llevan a pensar que las cosas deben ser de determinada manera (por ejemplo, que no eres un hombre si alguna vez no tienes erección, que el sexo hay que hacerlo todos los días, que las relaciones sexuales son sinónimo de hacer el coito, o que el hombre siempre tiene que llevar la iniciativa, entre otros mitos).


Por otra parte, es posible que aparezca una disfunción sexual si hemos tenido experiencias sexuales traumáticas, si tenemos inseguridad en el rol de género, unas expectativas inadecuadas sobre la sexualidad o incluso si en alguna ocasión hemos sido castigados en algunas conductas sexuales iniciales que hemos realizado.


Además, podemos desarrollar una respuesta de miedo o ansiedad ante la interacción sexual, en base a todo lo mencionado anteriormente. Igualmente, es posible que anticipemos fracasos o fallos en el acto sexual, que tengamos sentimientos de culpabilidad sobre la disfunción, y esto haga que la disfunción empeore, o que existan otros problemas en la pareja que estén afectando a la sexualidad.


Tipos de disfunción sexual en el hombre


En el hombre los tipos de disfunciones sexuales más comunes tienen que ver con la disfunción eréctil, es decir, la dificultad para tener o mantener la erección, y con la eyaculación precoz (llegar al orgasmo demasiado rápido). Si bien es cierto que también pueden darse otros, como la falta de interés sexual, la eyaculación retardada o el trastorno orgásmico masculino (llegar al orgasmo demasiado despacio o ni siquiera llegar).


En cualquiera de estos casos, es muy común que la causa sea psicológica. Los problemas en la sexualidad generan cierto tabú e incomodidad a la hora de plantear la cuestión en consulta. Sin embargo, es uno de los problemas más tratados en terapia y que el psicólogo trata con total naturalidad.


Disfunciones sexuales en la mujer


En la mujer, las disfunciones sexuales más comunes son la falta de interés sexual, la disfunción orgásmica femenina (es decir, no llegar al orgasmo), el vaginismo o la dificultad para introducir el pene en la vagina y los problemas en la excitación. Igualmente, son problemas que pueden ser tratados a nivel psicológico.


¿Cómo superar una disfunción sexual?


Tener una disfunción sexual es muy frustrante. Sin embargo, si estás pasando por algo similar, es importante que sepas que son problemas con gran efectividad en su tratamiento psicológico. Te damos algunas pautas para que empieces a solucionar los problemas de disfunción sexual.


No te culpes, ni dejes que te culpen


Es esencial tener en cuenta que, aunque la disfunción sexual se muestre en uno de los miembros de la pareja, esta persona no tiene la culpa del problema. La disfunción se ha creado por diversas circunstancias y, normalmente, uno de los aspectos que más hacen que aparezca o se mantenga en el tiempo son las dinámicas de los encuentros sexuales. Por ejemplo, que la erección se baje durante el acto sexual puede ser algo normal, que podéis tratar y solucionar si trabajáis en conjunto. Pero, si cuando esto ocurre, tu pareja se enfada y ambos os separáis sin mostrar apoyo el uno por el otro, el problema se incrementará y te generará cada vez más ansiedad anticipar "un fracaso".


Edúcate sobre sexualidad


Como hemos comentado, en gran medida las disfunciones sexuales se deben a que no nos hemos formado en sexualidad. No sabemos mucho sobre nuestro organismo y el de nuestra pareja. No entendemos las fases por las que nuestro cuerpo pasa durante el acto sexual, ni qué es lo normal o lo menos normal durante el sexo. Es importante que, sea cual sea el problema de disfunción, te informes sobre tu cuerpo y qué es lo que puede estar ocurriendo. Educarte en este ámbito puede ayudarte a superar o a prevenir disfunciones sexuales. Para saber más, puedes leer alguno de nuestros artículos de sexualidad, por ejemplo cómo se produce el  orgasmo masculino.


Elimina mitos de sexualidad


No podemos cumplir cosas que no son reales. Tener unas expectativas erróneas sobre el acto sexual provoca en muchas ocasiones que existan disfunciones sexuales. Nos hemos creído cosas que la cultura y la sociedad han creado para nosotros. Sin embargo, el no cumplir estas expectativas hace que nos sintamos inútiles, raros o insuficientes. Tenemos que analizar nuestra forma de pensar, detectar las creencias erróneas que tenemos y pensar de forma más racional.


Analiza qué es lo que ocurre en la relación sexual


Una vez te hayas informado, piensa en el problema. ¿Qué es lo que ocurre? Defínelo en términos objetivos. Después, indaga en cuáles son las posibles causas de la disfunción.


Sobre todo es importante pensar en cuáles son las expectativas que tienes tú y cuáles crees que tu pareja tiene sobre la relación sexual.


Cambia algunas cosas en tu relación sexual


Es esencial mejorar las dinámicas en pareja. Para ello hay que mejorar la comunicación con el otro. Expresad cómo os sentís con el problema, qué es lo que os hace pensar. Muchas veces estamos mal por pensar cosas erróneas sobre el otro o sobre nosotros mismos. Sin embargo, no comprobamos que esto es mentira y nos lo seguimos creyendo. Hablar con la pareja es muy útil para romper estas ideas.


Así mismo, es importante fomentar también la comunicación dentro del acto sexual y que las dinámicas que aparecen cuando la disfunción se manifiesta no sean desadaptativas. ¿Qué os gusta y qué no os gusta del otro durante el acto sexual?, ¿cómo podéis mejorar ambos para que sea satisfactorio para los dos?


No realices sexo en situaciones incómodas o bajo presión


Si no estás a gusto en la relación sexual, es muy probable que el problema aparezca o empeore. A la hora de tener sexo es importante sentirse a gusto con uno mismo y con el otro. No te obligues a hacerlo "por cumplir".


Hay que crear un ambiente cálido, que permita que nos dejemos llevar por el placer y el deseo por el otro.


Si lo necesitas, pide ayuda


Muchas veces es difícil enfrentar una disfunción sexual sin ayuda. Si crees que por ti mismo no puedes abordar el problema, no dudes en pedir ayuda a un profesional sexólogo.


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