Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Las hormonas son algunas sustancias o moléculas de proteína que se encargan de controlar algunas funciones de nuestro cuerpo: el sueño, el hambre, el deseo sexual, el crecimiento, y también la felicidad, entre otras.
Las hormonas van viajando por el cuerpo a través de la sangre y poco a poco van regulando muchas funciones; es decir, actúan como mensajeros. Una pequeña cantidad de hormona es suficiente para cambiar muchas funciones del cuerpo, por lo que son altamente potentes.
Las glándulas endocrinas son las principales encargadas de producir y segregar estas hormonas.
Hay muchas hormonas y cada una tiene unas funciones diferentes en el cuerpo. Sin embargo, hoy nos vamos a centrar en las hormonas de la felicidad: aquellas que influyen en que podamos experimentar este sentimiento.
Seguramente en algún momento te has planteado qué es la felicidad. Es algo muy difícil de definir. La felicidad es subjetiva según la persona, podemos experimentar felicidad en muchas situaciones, pero a lo mejor lo que es felicidad para mí para ti no lo es. Sin embargo, hay algo común entre nosotros y el resto de seres humanos: la felicidad está regulada por nuestro cerebro. Particularmente algunas hormonas son las culpables de que sientas bienestar y felicidad. Te contamos sobre estas sustancias químicas de la felicidad:
La serotonina se encarga de las emociones y de conseguir un equilibrio emocional, por ello es quizá la más implicada en el sentimiento de felicidad. Es un neurotransmisor que se encarga también de otras funciones, como regular la temperatura del cuerpo, la conducta sexual y el apetito, entre otras.
La serotonina se genera a partir del triptófano, una sustancia que se obtiene a través de alimentos como la pasta, el pollo, el arroz, los plátanos, los lácteos o los cereales. También puede conseguirse mediante el ejercicio o practicando alguna técnica de relajación.
Cuando aumentamos nuestros niveles de serotonina, aparece una mayor sensación de bienestar, aumenta la concentración y la autoestima.
Si los niveles de serotonina disminuyen, podemos experimentar algunos trastornos psicológicos, como el autismo, la esquizofrenia, la depresión, el TOC estrés o el insomnio.
Esta sustancia es la encargada de la motivación y los llamados sistemas de recompensa. Nos ayuda a poder cumplir objetivos y a sentir placer cuando obtenemos alguna recompensar inesperada. Es decir, aparece antes y después de haber realizado una actividad que resulta gratificante.
Es también la que aumenta la presión cardiaca y regula algunas funciones como el sueño y la actividad motora.
Por todo ello es una hormona que juega un papel muy importante en la regulación del estado de ánimo, nos ayuda a realizar actividades gratificantes y a sentir placer.
El exceso de esta sustancia puede provocarnos problemas de adicciones.
El déficit de dopamina causa síntomas de debilidad, apatía o desinterés y está relacionado con la aparición de la depresión y todos sus síntomas (anhedonia o dificultad para sentir placer, desmotivación, alteraciones en el sueño, fatiga…)
Es la hormona que nos despierta el amor, por ello está también muy relacionada con la felicidad. Nos permite empatizar con el resto o poder establecer relaciones cariñosas.
También se encarga de reducir la tensión muscular y el ritmo cardíaco y aparece comúnmente durante el embarazo y el parto.
La oxitocina aparece de forma natural cuando estamos con otras personas queridas, aunque también, su exceso puede generar problemas de adicciones, y su carencia depresión o autismo.
Las endorfinas están relacionadas con la reducción del dolor, son sustancias anestésicas que nos ayudan a inhibir el dolor. Están también implicadas en la regulación del apetito y del sistema inmune.
La ausencia de esta hormona provoca desequilibrios en las emociones y a veces depresión. Por ello es una sustancia también necesaria para obtener la felicidad y el placer.
Para favorecer la presencia de endorfinas podemos hacer algunas cosas como practicar ejercicio, dormir adecuadamente, realizar actividades gratificantes o socializar y divertirnos con la gente.