Patricia San Valero
Psicóloga en Psyfeel
El Love Bombing es una técnica de manipulación, que se puede dar en todos los tipos de relaciones: no solo en el ámbito romántico, sino también de amistad, laboral, familiar...
En este Bombardeo de Amor, una persona demuestra atención y afecto de manera muy explosiva, constante e insistente a otra a través de piropos, halagos, refuerzos e incluso regalos al poco tiempo de conocerse.
De esta manera, la persona que ejerce esta dinámica se gana la confianza de su víctima, para después cesar de manera tajante esa proyección de cariño. Esto hace sentir mucho malestar al que queda atrapado en esa dinámica y hace que priorice esta relación tóxica por encima del resto de sus vínculos.
Este término, aunque pueda parecer muy nuevo, hunde sus raíces en los años 70. En esta década, la secta americana Unification Church Of The United States utilizaba esta técnica para mantener sumisos a sus seguidores. Los líderes de esta secta ejercían un bombardeo de amor a los seguidores pertenecientes a este culto, que retiraban de manera intermitente cuando no se acataban las normas preestablecidas.
En definitiva, esta organización bañaba de amor a las personas para que se sintiesen seguras en el grupo. Se rechazaba todo lo que se alejase del mismo, hasta que hacían algo fuera de lo que buscaban los líderes y todo se volvía un infierno.
Las víctimas, para evitar este castigo, cambiaban su comportamiento de cara a complacer a sus superiores entrando en una dinámica de la que no podían salir.
Más tarde, este término pasó a la cultura popular para designar aquellos comportamientos similares, que se daban en las relaciones de la vida cotidiana.
Llegados a este punto, todos podríamos pensar que estamos siendo víctimas del bombardeo de amor en todas nuestras relaciones. Como bien sabemos, nuestro comportamiento cambia y depende directamente de las consecuencias que tenga este en nuestro entorno.
Además, todos conocemos a personas muy extrovertidas, que se vuelcan en las relaciones de manera intensa. Sin embargo, todo esto es normal y no significa que te estén haciendo Love Bombing, pero, entonces ¿Cuáles son las claves para identificarlo?
La primera forma de detectarlo es si ese bombardeo de amor es para siempre o solo es al principio. Si esta forma de dar cariño es constante en la relación, lo más probable es que no sea una técnica de manipulación, sino que esa persona siempre exprese su afecto con esa intensidad. Sin embargo, si vemos que esa admiración solo se da al principio, puede ser una bandera roja que nos ayude a detectar esa dinámica tan tóxica.
Al principio te sientes muy querido, invadido por esa nube de amor. Sin embargo, con el tiempo todos los halagos, cumplidos, y en general, la nube de amor se convierte en una tormenta de criticas que pueden volverse muy desagradable.
Vemos que la actitud del que ejerce el Bombardeo de Amor cambia para buscar una reacción en la persona. Por lo tanto, aunque el interés que habíamos sentido previamente no era genuino ni auténtico, provoca en nosotros culpabilidad. Esto hace que reflexionemos sobre si hemos hecho algo mal y que tratemos de complacer de manera obsesiva a la otra persona.
Es comprensible pensar que, si una persona que antes nos reforzaba mucho deja de hacerlo, lo lógico sería separarse de esa ella. Sin embargo, nuestro cerebro no funciona así.
Nuestra mente funciona hoy en día de la misma forma que funcionaba ancestralmente. En aquellos tiempos, lo adaptativo para la supervivencia era repetir y fomentar aquellas cosas que nos hiciesen sentir bien, como comer o relacionarnos. Para esto surgió nuestro sistema de recompensa cerebral, por el cual segregábamos hormonas que nos hacían sentir felices al realizar esas actividades, aumentado la probabilidad de repetirlas.
Con el Love Bombing sucede de igual forma. Nuestro cerebro busca recibir de nuevo todo ese afecto que nos hacía sentir tan bien (incluso a veces obsesivo), porque cree que es lo que necesitamos. Así empezamos a estar más atentos de esa persona, a ser muy complacientes y a aceptar todo lo que nos haga, aunque nos provoque daño.
El desarrollo de esta dinámica se fundamenta en dos fases fundamentalmente:
Esta es la fase en la que la persona manipuladora nos cubre de cariño y halagos. Esto hace que las víctimas se sientan muy seguras dentro de este vínculo, ensalzando a la persona y poniéndola en un pedestal.
Esta idealización es muy normal que ocurra, ya que las actitudes de la persona que ejerce ese patrón son muy deseables para todos los seres humanos. Esto ocurre porque somos seres sociales (te va a recoger después del trabajo, admira cada cosa que haces, te dice todo lo que vales, te demuestra estar pendiente todo el día).
Tras la fase de la idealización, se produce un cambio muy brusco en el que la persona deja de demostrar cariño, entrando en la fase de devaluación. En esta fase se da todo lo contrario a la anterior: todo está mal, ya no eres admirable, no te halaga nunca, no te espacio y atenciones…
Este cambio hace que pienses que ha pasado algo que probablemente sea tu culpa, por lo que la admites para que la persona vuelva a ser como antes. El problema es cuando hacemos esto de manera constante y compulsiva, ya que entramos en una dinámica en la que la persona nos castiga retirándonos el cariño si no hacemos lo que ella quiere. Esto no cesa cuando cumplimos las expectativas de la persona manipuladora, ya que cuando vuelva a considerar que no eres merecedor de cariño volverá a retirar su afecto.
Finalmente, la víctima se hace pequeña y se pliega ante las expectativas de la persona que ejerce el Love Bombing.
Es importante saber que todos podemos ser víctimas de esta manipulación, pero que no debemos desconfiar de manera instintiva de todo el mundo que nos dé amor.
Sin embargo, sí es útil que trabajemos en nosotros mismos, para poder establecer vínculos sanos gracias a la puesta de límites. Así no nos pondremos por debajo de nadie y nuestras relaciones serán simétricas y evitaremos las dinámicas tóxicas.