Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
En este artículo resolveremos la incertidumbre que puede surgir entorno a este sentimiento.
Al hablar del estancamiento, hablamos de un sentimiento. Un sentimiento es la interpretación de alguna emoción. Por ejemplo, si te sientes alegre cuando ves a una persona, puedes interpretar con el paso del tiempo que sientes amor por esa persona. La alegría es una emoción, el amor es el sentimiento que ha despertado esa emoción.
Podemos sentirnos estancados o estancadas en muchos ámbitos de la vida, pero normalmente lo que tiene en común este sentimiento, ya sea en un ámbito u otro, en una persona o en otra distinta, es la sensación de que el tiempo se ha parado, que los días son iguales, que no hay novedad y, por lo tanto, se ha convertido en una rutina de la que es difícil escapar.
Esta sensación puede aparecer asociada a emociones muy diversas, que varían según la persona. Nos podemos sentir tristes, enfadados, decepcionados, frustrados, aburridos… Al final el resultado es el mismo: el estancamiento.
Las causas del estancamiento pueden ser muchas: la falta de motivación para emprender nuevos proyectos o para terminar los ya empezados, el no cumplimiento de las expectativas de aquello en lo que nos sentimos estancados, el miedo a salir de la zona de confort en la que estamos inmersos desde hace tiempo, las comparaciones con personas que a nuestro parecer han logrado más cosas que nosotros o incluso alguna circunstancia complicada en nuestra vida.
Cualquier ámbito de nuestra vida puede verse afectado por este estancamiento. Lo más común es que aparezca estancamiento a nivel profesional. Cuando llevas mucho tiempo desempeñando el mismo puesto de trabajo y haciendo las mismas cosas, acabas quemándote en el trabajo y terminas por sentirte estancado. El trabajo de tus sueños con el paso del tiempo se convirtió en rutina.
Así mismo, esto también puede pasar en los estudios. Una carrera puede hacerse muy pesada. Además no todas las asignaturas te fascinarán y, según se vayan rompiendo las expectativas altas que tenías, puedes acabar sintiendo lo mismo: estoy estancado.
Igualmente puedes estar estancada o estancado en los proyectos de vida. Y es que a veces las cosas no salen como planeamos, lo que nos lleva a la desmotivación y con ello al estancamiento.
Otro aspecto en el que nos podemos sentir estancados es en las relaciones de pareja. Al principio las relaciones suelen ser maravillosa, con el paso del tiempo, según vas conociendo a la persona, ya no hay tanta intriga, tanta emoción, tanta novedad y parece que terminamos por estancarnos. Lo que parecía la persona ideal también puede convertirse en rutina.
A nivel de relaciones de amistad también podemos sentir que no avanzamos, que siempre hacemos las mismas cosas, que nuestros amigos se comportan de la misma manera o dicen lo mismo. Puedes acabar también en el estancamiento social.
Para empezar, tienes que darte cuenta de que no hacer nada no es la solución. Cuando tenemos un problema, tenemos que solucionarlo, si no realizamos ningún movimiento seguramente el problema siga estando, o peor aún, siga creciendo. Si te sientes estancado y no te enfrentas a este sentimiento, seguramente seguirá estando.
Cuando nos sentimos mal tendemos a distorsionar nuestro pensamiento y a verlo todo en negativo. No dejamos que nada positivo pase el filtro y no vemos más allá. Si alguna cosa negativa sobrepasa el filtro normalmente lo minimizamos, como si lo positivo no tuviera importancia. Date cuenta de que estar estancado no significa que todo sea negativo. Catastrofizar y dramatizar no nos lleva a ningún buen puerto. Empieza por ver las cosas positivas de tu vida, ¿qué es lo que ahora mismo te hace feliz?
Date cuenta de que estar estancado no significa que todo sea negativo. Catastrofizar y dramatizar no nos lleva a ningún buen puerto. Empieza por ver las cosas positivas de tu vida, ¿qué es lo que ahora mismo te hace feliz?
Vale, ahora que tu pensamiento es más realista, piensa en cómo sería tu vida si no estuvieras estancado o estancada. Piensa qué cosas te harían feliz, qué quieres conseguir en un futuro.
Está muy bien tener metas, pero estas metas deben ser realista. Piensa en cosas que de verdad puedas conseguir y que dependan de ti, no de la suerte o el azar.
Si se puede conseguir, ¿por qué no hacerlo? Ahora que sabes cómo salir del estancamiento tienes que elaborar tu plan de acción. ¿Qué pasos tienes que dar para conseguir aquello que quieres? Selecciona estos pasos, desgránalos lo máximo posible y luego ordénalos.
Ya sabes cómo hacerlo, el miedo y quedarse en la zona de confort solo incrementa el problema. Es hora de tomar medidas.
Si sigues sin saber cómo actuar, seguramente un psicólogo podrá ayudarte a avanzar en este proceso. No te preocupes, la sensación de estar estancado es una consulta habitual en terapia, ¡no pierdes nada por intentarlo!