Esto ha generado muchos problemas, ya que nos los hemos creído, cuando no dejan de ser leyendas y mitos que poco tienen que ver con la realidad.


¿Qué son los mitos del amor romántico?


Los mitos se definen como creencias que tiene una sociedad o una cultura en particular. Son creencias muy arraigadas a la mente de sus integrantes, de tal manera que los toman como ciertos y actúan en función de ellos.


Estos mitos suelen ser conceptos tan simples que parecen reales y objetivos; sin embargo, solo es una apariencia. Esta simplificación de la realidad hace que los mitos muchas veces no casen con la realidad, lo cual resulta muy frustrante cuando los tomamos como verdades absolutas.


Aunque los mitos y las creencias a veces son más una cuestión personal que cultural, en la cuestión del amor hemos sido bombardeados con tantos estímulos a través del cine, de la literatura o de los medios de comunicación, que no nos ha quedado espacio para un pensamiento propio y crítico.


Consecuencias de los mitos del amor romántico


Las implicaciones de los mitos románticos son mucho más profundas de lo que podíamos pensar. Estos mitos han creado arquetipos que muchas veces perpetuamos en nuestras relaciones, haciendo que estas fracasen. Los mitos románticos no son reales, a pesar de que están muy extendidos.


El hecho de que actuemos en función a los mitos del amor romántico hace que estemos destinados a fracasar, ya que vemos el mundo con una lente distorsionada. Esto puede generar sentimientos de frustración, al no conseguir aquella relación romántica que se nos ha marcado desde pequeños.


Algunos mitos del amor romántico


Vamos a mostrarte algunos de los mitos que probablemente tengas en tu cabeza, así como las razones para desmontarlos ¡Allá vamos!


El mito de media naranja


Este mito romántico cuenta que somos una media naranja y que vagamos solos hasta encontrar nuestra otra mitad, para por fin estar completos y ser felices. Esto, que podría parecer un cuento inocente, ha calado en la sociedad de manera fulminante, provocando consecuencias a múltiples niveles.


En primer lugar, hace que surja la idea de que las personas estamos incompletas sin una pareja, lo que puede provocar mucho malestar si no encontramos a alguien con quien compartir nuestra vida. Sin embargo, la realidad es que no estamos incompletos, una pareja solo nos puede complementar, pero nunca completar.


En segundo lugar, nos habla de la predestinación, como si solo hubiera una pareja posible para nosotros. Esto es macabro y doloroso porque, si perdemos a una nuestra pareja “ideal”, tendremos la idea de estar solos y abandonados, al igual que si no la encontramos.


Los seres humanos no solo podemos tener una pareja, sino que podemos conectar con distintas personas en diferentes momentos de nuestra vida.


Además, este mito excluye a todas aquellas personas que practican las relaciones poliamorosas, ya que establece solo a una como la definitiva, a pesar de que haya vínculos sanos que impliquen a más de dos personas.


El fin último es encontrar pareja


Este mito de amor romántico muestra la relación de pareja como lo natural, como el fin último de la vida y el objetivo de todas las personas. Tener pareja es un ámbito más de nuestra vida, que no nos define como mejores o como peores y que, por supuesto, no es el colofón que debemos cumplir en nuestra existencia.


Los celos es un signo de amor


Sentir celos es tan normal como sentir cualquier otra de las emociones que caracterizan la experiencia vital humana. Estos surgen como un miedo a la pérdida, que hace que volquemos los recursos en proteger algo que consideramos de nuestra pertenencia.


Sin embargo, aunque sean un sentimiento más, no debemos justificar las cosas que se hacen a través de la celotipia en nombre del amor. Los comportamientos controladores y represivos nunca significan que el amor sea mayor, solo más tóxico. El querer debe basarse en el respecto a las libertades individuales.


El amor verdadero conlleva la pasión eterna


Se suele creer como mito romántico que la pasión y la idealización de los primeros momentos del enamoramiento perduran en el tiempo; sin embargo, esto no es así. Se sabe que el amor pasa por diferentes estadios y se transforma, provocando también cambios en la pasión y en los sentimientos.


Que después de mucho tempo la pasión no sea la misma que al principio es normal, y eso no convierte a una relación en mala o en un fracaso. Los vínculos, sean del tipo que sean, evolucionan en función de las etapas que se vaya superando. Durante estas etapas, el amor no se destruye, solo se transforma.


El amor todo lo puede


Esta idea de omnipotencia del amor lanza el mensaje de que cualquier obstáculo puede librarse a través del afecto. Es solo un mito de amor romántico más. El amor puede ayudar a superar las dificultades que supone a veces tener un vínculo íntimo, como es una relación de pareja, pero no podemos ponerlo todo en manos de este sentimiento.


Este mensaje lo único que produce es frustración, ya que hace que aguantemos situaciones que son desagradables para nosotros, como son relaciones tóxicas, esperando de manera providencial que amor haga su magia.


Estando enamorado no puedo sentir atracción por otra persona


Sentir atracción por otra persona es normal y no significa en ningún punto que no queramos a nuestra pareja. Conectar o sentir afinidad por otros es lo habitual en la experiencia humana, otra cuestión diferente es seguir o no el constructo social de la fidelidad, pero la atracción no está invalidada por los sentimientos amorosos.


Este pensamiento genera mucha culpa cuando surge la atracción, ya que no es algo que podamos controlar a pesar de que lo veamos como algo terriblemente catastrófico.


La persona correcta me llena en todos los sentidos


Aunque sí es cierto que nuestra pareja suele ser una persona que nos complementa en muchos sentidos, no podemos poner la responsabilidad de nuestra felicidad en el otro. Al igual que nuestra pareja tampoco puede depositarla en nosotros.


Es importante entender que nosotros, aunque tengamos pareja, somos personas independientes, que deben cuidar de sí mismas y cultivar su propio espacio personal para poder llevar una vida sana y feliz.


El amor a primera vista


Seguimos teniendo en nuestra mente la imagen de Cupido repartiendo flechas, que hacen que nos enamoremos con un simple contacto. Esto no funciona exactamente así, por lo que no deja de ser otro mito de amor romántico. Si bien la atracción puede surgir de esta manera tan espontánea y sorprendente, el amor es algo que se debe trabajar y construir en el tiempo, por mucho que la afinidad inicial facilite el proceso.


Quien bien te quiere te hará llorar


El refranero, aunque es muy sabio, en ocasiones también comete errores. Entender que la gente que nos quiere es el motor de nuestra desgracia no solo es erróneo, sino que también es altamente peligroso. Este tipo de mensajes propician que las personas toleren dinámicas tóxicas, que generan malestar porque entienden que esta dinámica es algo natural que debe ocurrir.


Amar es sufrir


Otro mito romántico es entender el amor como sufrimiento. Es tan erróneo como entenderlo como felicidad plena.


En las relaciones, al igual que en el resto de cosas de la vida, hay inherente una parte de sufrimiento, ya que las relaciones sanas y los objetivos siempre requieren esfuerzo e incomodidad. Sin embargo, ver el amor como sufrimiento provoca algo parecido a lo comentado en el anterior apartado: que la persona tolere situaciones muy desagradables por pensar que es lo que debe suceder.


Sin embargo, ver el amor como sufrimiento provoca algo parecido a lo comentado en el anterior apartado: que la persona tolere situaciones muy desagradables por pensar que es lo que debe suceder.


Los que se pelean se desean / Amores reñidos son los más queridos


En este caso el refranero vuelve a fallar, mostrándonos que el amor y el odio están a un paso. Esto, además de no ser cierto, hace que las personas entremos en dinámicas de pareja en las que normalizamos comportamientos tóxicos. Por este mito llegamos incluso a idealizarlos como parte de la experiencia de un amor fuerte y puro.


Una relación sana, aunque no está exenta de conflictos, no basa su estabilidad o su fuerza en las riñas y las discusiones.


Es importante que nos despojemos con trabajado activo de este tipo de mitos y tratemos de no perpetuarlos porque, a pesar de estar muy bien para la ficción, en la realidad solo generan problemas, frustraciones y sufrimiento.


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