¿Qué es la nictofobia?


La nictofobia, como ya hemos dicho, es el miedo extremo a la oscuridad. Este miedo provoca grandes sentimientos de malestar y se convierte en una fobia cuando supera la barrera considerada “normal”, es muy irracional, cuando se extiende en el tiempo y, por supuesto, cuando afecta a la vida diaria de la persona, concretamente en la del niño y su familia.


En la infancia existen los llamados miedos evolutivos. Estos miedos, son normales y en gran medida muy útiles, para que el niño se mantenga a salvo evitando situaciones peligrosas como huir de animales grandes, no irse con un desconocido, no adentrarse en un sitio oscuro sin una figura que le proteja…


Estos miedos evolutivos se van venciendo según el niño va superando ciertas edades o etapas, por ejemplo: tras el primer año desaparece el miedo a los ruidos fuertes o a los desconocidos, tras los seis se supera el miedo a la tormenta, a los monstruos, a los animales y, como en este caso, a la oscuridad. Pero si estos miedos no se abordan bien pueden hacer que el niño desarrolle una fobia.


Causas de la nictofobia o miedo a la oscuridad


Como ya hemos comentado, que tu hijo tenga miedo a la oscuridad es algo más que normal y común. Sin embargo, si este miedo se vuelve excesivo puede convertirse en un problema.


Los miedos evolutivos no requieren de un tratamiento, en particular, pero sí debemos saber que los padres (o profesores, abuelos,...) deben saber abordarlos en su momento para que los superen a una edad adecuada y no sufran demasiado.


Por lo tanto, las causas del aparecimiento de las fobias pueden ser debidas a que no se haya manejado bien ese miedo en su desarrollo, pero también hay otras posibles causas:


Experiencia traumática


Es posible que una experiencia traumática en la oscuridad haga que el niño adquiera este miedo tan incapacitante. Por ejemplo, que lo hayan encerrado en una habitación oscura, que se haya quedado solo en la oscuridad tras un accidente, algún suceso de abuso o violencia… Todas estas circunstancias pueden hacer que su mente relacione de manera excesiva oscuridad con peligro inminente.


Figura paterna con mucha ansiedad


Puede haber sido provocado por una figura paterna con mucha ansiedad. Los niños aprenderían a tener miedo de los miedos que tiene la persona que le tiene que proteger.


Cuidadores sobreprotectorres


Este tipo de padres crean muchos miedos a los niños al mandarles el mensaje de que no pueden defenderse por sí solos. De esta manera el niño será muy dependiente.


Peliculas, libros o historias inapropiadas


Ciertas películas, libros o historias de terror pueden no ser apropiadas para su edad, provocando un miedo irracional excesivo por falta de comprensión.


¿Qué puedo hacer para prevenir o superar el miedo a la oscuridad de mi hijo?


Esta situación puede volverse muy complicada en el ámbito familiar y algunas recomendaciones para mejorar el bienestar de tu hijo son:


Valida lo que está sintiendo tu hijo


El primer impulso que tenemos los adultos para ayudar a superar un miedo que podemos considerar “absurdo” es decir todo está bien. Sin embargo, este mensaje no está dando espacio a aquello tan fuerte que el niño está sintiendo. Aunque no exista un peligro real, en la mente de nuestro pequeño existe y tendremos que abordar el pensamiento y sentimiento asociado. Muéstrale que le entiendes.


Razona con tu hijo el porqué de su miedo


Podemos mostrarle que es normal sentir miedo cuando no vemos lo que nos rodea. Para que compruebe que todo está bien podemos invitarle a que encienda la luz o inspeccione la habitación para que comprenda que ningún peligro está cerca.


Con razonar, no nos referimos a mostrarle científicamente que no hay ningún monstruo en la habitación, porque eso no funcionaría, sino a darle pruebas o herramientas para que se sienta seguro. En su mente el monstruo o los fantasmas sí existen y no debemos invalidar esto.


Invítale a tomar las riendas


Si el niño toma el control de la situación, su autoestima y confianza ante el problema crecerán. Para esto puede ser útil hacer actividades para que el niño “eche al monstruo” pidiéndole él mismo que se vaya o incluso haciendo un spray anti-mostruos con agua que rocíe por la habitación antes de dormir.


Que la luz sea accesible


La oscuridad puede ser muy angustiante en estos casos por lo que es fundamental que los interruptores estén al alcance de tu hijo. También puede ser útil ponerles una lucecita de noche que le permita ver que no hay ningún peligro.


Evitar las cenas pesadas


Cuando cenamos de manera muy copiosa nuestra digestión es más pesada y nuestra activación cerebral más alta. Ambas cosas provocan que conciliar el sueño y mantenerlo sin pesadillas sea más difícil. Es por esto que las cenas livianas pueden ser un aliado para que el infante esté más relajado a la hora de ir a la cama.


Evitar el uso de pantallas antes de ir a dormir


Esto además de mejorar la calidad del sueño de todos, en el caso de los niños evita que los mismos adquieran más miedos por el contenido de lo que han visto y no concilien el sueño, sufriendo mucho en la oscuridad.


¿Cómo se trata la nictofobia o el miedo a oscuridad?


Cuando el miedo a la oscuridad de nuestro pequeño se vuelve algo que afecta a su vida diaria o al funcionamiento familiar es útil acudir a un profesional de la psicología.


Esto es así porque aunque no todas las fobias son necesarias de tratar, porque el estímulo no aparece mucho en nuestras vidas (montar en avión, las serpientes…) en el caso de la oscuridad sí. La oscuridad es inherente a la experiencia de descanso por lo que es necesario tratarlo para que no afecte a la salud del pequeño.


Las terapias más efectivas en este ámbito son:


La terapia cognitivo conductual


Esta terapia aborda los pensamientos y las conductas del niño. Se persigue identificar y cambiar los pensamientos irracionales que provocan malestar en el niño y que el niño no huya de sus miedos, sino que se exponga para que vea que no hay un peligro real.


Técnicas de relajación


Se puede utilizar la respiración profunda o incluso la relajación muscular adaptada a niños para conseguir que el pequeño controle los síntomas de la ansiedad que le provoca el miedo y pueda afrontar más calmado el momento de irse a dormir.


Estas terapias son muy útiles y funcionan en gran medida por lo que te invitamos a que consultes con un profesional si ves que no sabes cómo abordar este problema de tu hijo.


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