Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Este es uno de los problemas por los que más se pregunta en la terapia de pareja y sexual, veamos sus características:
Primero debemos normalizar esta situación. Como explicamos más extensamente en el artículo de los mitos del amor romántico, estos nos han vendido que solo la pasión eterna es compatible con el amor verdadero; sin embargo, nada más lejos de la realidad.
La pasión de los primeros momentos de la relación no se mantiene por los siglos de los siglos, sino que cambia ya que la intimidad de nuestra pareja deja de ser un misterio tan excitante y llamativo para nuestro cerebro. Esto no significa que nuestra relación haga aguas, esto es un proceso normal.
Por otro lado, debemos establecer si esa pérdida de la pasión se debe algo en particular. Periodos de estrés, una pérdida importante o los conflictos frecuentes pueden hacer que la apetencia por las relaciones sexuales de alguno de los miembros de la pareja, o incluso de los dos, disminuya.
Por lo tanto, a pesar de que sea algo que puede suceder de forma normal, es lógico que nos preocupe o nos abrume, por lo que vamos a brindarte algunos consejos para recuperar esa chispa que tanto echas en falta.
Es imprescindible tratar de ponernos fácil el camino hacia la recuperación de esa pasión. Para esto es importante que ambos estéis dispuestos a poner de vuestra parte para reavivar la llama. ¡Vamos a ello!
Es muy importante que ambos os toméis un tiempo para hablar de este tema, de donde creéis que está su origen y de cómo os hace sentir. Esta conversación debe surgir desde la empatía y el respeto mutuo, entendiendo que aunque la posición de tu pareja no sea igual que la tuya, es igual de válida.
Esta comunicación también es muy importante para ver si ambas partes interpretan la situación igual. En muchas parejas se da una desigualdad en la apetencia de relaciones íntimas y eso no hace que ninguno de los dos tenga un problema, sino que el problema está en cómo deben coordinarse para que ambos se sientan cómodos y satisfechos.
Solemos echar la culpa en estos casos a la persona que busca menos contacto, ya que estamos en una sociedad altamente sexualizada; sin embargo, es posible que la frecuencia de contacto que tienen para este individuo sea positiva y agradable.
Esta inapetencia sexual puede darse, como hemos dicho, por muchas razones que pueden ser ambientales o relaciones, lo que señala que pueden modificarse, pero que también pueden ser biológicas.
Si vemos que esa falta de deseo no responde a algo del entorno, es muy recomendable acudir al médico para ver si una condición de salud está mediando en este problema. El profesional puede ayudar a que solucionar esta condición.
De la misma manera, alguna medicación o el consumo de sustancias pueden tener que ver en el origen del problema y habrá que valorarlo.
Es importante observar y analizar qué es lo que hacéis cuando queréis tener relaciones: como lo demandáis, como lo demostráis, si ponéis excusas, en que momentos surge...
Todas estas características que rodean a la relación tienen mucho peso en la pasión, ya que es posible que estéis haciendo cosas que, aunque antes funcionaban, ahora ya no o que incomodan en cierto modo a la otra persona.
Muchas veces sentimos miedo de cambiar lo que siempre hemos hecho, pero cuando no funciona no podemos pretender que repitiendo ese comportamiento continuamente provoque un diferente resultado.
Muchas veces el frenesí de la vida cotidiana nos deja exhaustos hasta el punto de no tener tiempo para cuidar la intimidad con mi pareja. Esto hace que cuando la persona quiere mantener relaciones puede estár cansada y necesita dormir.
Es fundamental, por lo tanto, tener por ambas partes una mejor gestión del tiempo y dentro de esta cuadrar un horario para poder pasar tiempo juntos y, lo más importante, que este sea de calidad para que pueda darse un mayor acercamiento.
Si hace mucho que no hacéis planes porque os veis en casa es el momento de que volváis a hacer quedadas como en las primeras etapas del noviazgo, que impliquen salir de casa o que sea solo un momento para vosotros dos y nadie más.
Los planes deben ser diferentes a los que hacéis de forma habitual y en la medida de lo posible que en estos busquen sorprender y agradar a la otra persona.
Es importante que, además de generar situaciones íntimas con la pareja, también la relación se cuide desde otros aspectos. Si alguno de la relación no se siente apoyado o comprendido en el resto de áreas que implican un vínculo afectivo romántico, es imposible que la pasión se dé.
Muchas veces el problema no es sexual, sino que es relacional y tiene que ver con la salud de esa relación. De esta forma, el aspecto sexual pasa a ser un síntoma y no la raíz del problema.
Desde aquí te proponemos que trates de fomentar el cuidado de tu pareja a través de la realización de las cosas que sabes que son importantes para él o ella. Las parejas se conocen mucho, por lo que no te será difícil saber qué es lo que debes hacer para crear un espacio seguro entre vosotros.
Llegados a este punto debemos subrayar que esto debe ser recíproco, así que es bueno que habléis y demandéis aquellas cosas que para vosotros son necesarias para que os sintáis a gusto y cómodos dentro de la relación.
Para recuperar la pasión es útil probar nuevas experiencias. Para esto la comunicación es fundamental, ya que nos ayuda a saber qué es lo que quiere hacer mi parea y que es lo que quiero yo para llegar a acuerdos.
Muchas veces tras un tiempo de relación, la intimidad se vuelve aburrida porque es predecible, así que fomentar fantasías sexuales para alimentar el deseo suele ser una muy buena opción.
Debemos romper tabúes a la hora de hablar de lo que nos gusta, a pesar de que hablar de esto a veces pueda provocarnos sentimientos de vergüenza o pudor. Tratar este tema con naturalidad permitirá que todo fluya más fácilmente.
Es importante hacer esta distinción de cara a preservar nuestra autoestima dentro de la relación. El deseo sexual se refiere al impulso por tener relaciones sexuales y no se dirige a una persona en particular, mientras que la atracción sexual si va a dirigida a alguien.
En los casos de pérdida de la pasión pueden mediar estos dos aspectos y ambos se pueden abordar para mejorar las interacciones íntimas. Debemos detectar cuál de los dos falla en cada caso particular.
Si con estas pautas no has conseguido que la pasión regrese, os recomendamos que acudáis a un profesional que detecte donde está el origen de esta dificultad para poder abordarla desde su raíz. Tanto si el problema es sexual como relacional o ambiental, un psicólogo especializado puede darte las pautas para ayudarte a mejorar tu vínculo y por ende reavivar la pasión.