¿Qué es la zona de confort?


La zona de confort se refiere a las condiciones que hacen que nos sintamos tranquilos y cómodos y donde tenemos la percepción de que todo está bajo nuestro control. Supone vivir el día sin salir de las mismas actividades, motivaciones o aspiraciones. Estando en la zona de confort evitamos cualquier riesgo o innovación que suponga un cambio o un esfuerzo extra.


Ante una situación novedosa los seres humanos podemos tener dos reacciones o comportamientos totalmente diferentes: el enfrentamiento a ese cambio o la huida o la evitación por miedo. Si estamos en la zona de confort es posible que constantemente estemos escapando o evitando sensaciones y situaciones nuevas.


Es la novedad y el atrevimiento lo que puede llevarnos al crecimiento persona. No obstante, el miedo como reacción naturalmente humana muchas veces nos impide acceder a este crecimiento.


Señales de que estás en tu zona de confort


Si ahora mismo te estás preguntando si de verdad te has acomodado en tu zona de seguridad, es posible que estás preguntas te ayuden a identificarlo:


¿Estás satisfecho o satisfecha con las circunstancias actuales de tu vida?


¿Estás haciendo lo que quieres hacer o solo te conformas con lo que tienes?


¿Hay alguna circunstancia que esté generando malestar en tu día a día?


¿Hay alguna actividad que te gustaría realizar pero no lo has hecho por miedo?


¿Tu día a día es siempre igual? ¿Sientes que vives en una rutina constante?


Si después de responder a estas preguntas te ha quedado una sensación de frustración o de incomodidad, es posible que te estés dando cuenta de que llevas mucho tiempo sin salir de tu zona de confort. También te preguntarás si de verdad compensa dejar atrás la rutina y empezar nuevos proyectos, simplemente por el crecimiento personal. Si es así, te invito a que sigas leyendo.


¿Por qué salir de la zona de confort?


Si tenemos en cuenta que estando en nuestra zona de confort nos sentiremos tranquilos y seguros, parece que este estado es algo positivo. No obstante, el problema surge cuando pasa el tiempo y tomamos una actitud de conformismo ante nuestra vida y lo que hacemos en ella.


Si nos mantenemos en nuestra zona de confort probablemente acabemos sintiendo aburrimiento y vacío, parece que pasado un tiempo la vida deja de tener sentido. Es por ello que conviene darse cuenta de si queremos mantenernos en este estado o salir y avanzar.


Llegados a un punto en el que somos conscientes de que estamos bien, pero no nos sentimos satisfechos, conviene tomar la decisión de cambiar. Es este cambio el que crea inseguridad y miedo pero, a medida que avanzamos lo nuevo se convierte en conocido y deja de asustar.


No se trata de quedarnos acomodados, tampoco de siempre estar intranquilos. Se trata de ir agrandando nuestra zona de confort, alcanzando metas y superando barreras. De esta forma, acabarás viendo y valorando que estás creciendo y avanzando en tu vida.


Por ello, salir de la zona de confort mejora el autoconocimiento y la realización personal, descubrirás que puedes conseguir más cosas de las que en verdad creías, a la vez que descubres capacidades que no sabías que estaban en ti. Así mismo, ampliarás tu círculo de conocidos o de amistades y tu repertorio de actividades, aprenderás a ser flexible ante las circunstancias y descubrirás lo que es la resiliencia, la capacidad para adaptarse a las dificultades de forma efectiva.


Con todo ello, salir de la zona de confort mejorará tu bienestar de forma significativa, aunque para ello tengas que sentir un poco de ansiedad, que surge ante las situaciones novedosas de forma adaptativa.


¿De qué tenemos miedo al empezar algo nuevo?


Es difícil reconocer que tienes miedo. Sin embargo, el primer paso para superar ese miedo es reconocerlo. En este punto, te diré que es normal que te sientas así. Lo nuevo siempre genera algo de incomodidad, de miedo o de inseguridad.


Puede que sientas miedo al fracaso. Realizar cosas nuevas siempre implica que estas cosas no salgan como pensábamos. Esto puede interpretarse como un fracaso. Sin embargo, no puede haber éxito ni fracaso si no se ha intentado. A veces las cosas no salen a la primera, pero esto no significa que hayamos fracasado. Salir de la zona de confort muchas veces implica caerse y levantarse.


También es posible que el miedo sea a la incertidumbre. El no tener las cosas seguras siempre conlleva incertidumbre. La tolerancia a la incertidumbre se consigue exponiéndonos a ella. De forma que, cuanta más incertidumbre sientas más fácil te acostumbrarás a ella.


Todo ello también puede suponer miedo a perder el control. En nuestra zona segura todo está controlado, o tenemos esa falsa sensación. Sin embargo, salir de la zona de confort siempre conllevará miedo a que la nueva zona no sea controlable.


Finalmente, puede que tengas miedo al cambio. Miedo a dejar de ser quien eres o a que las cosas ya no vuelvan a ser igual. No obstante, seguramente no hayas pensando que el cambio puede ser a mejor y que a lo mejor no eches de menos quién eras antes.


Cómo salir de la zona de confort


Si has llegado hasta aquí es posible que ya te hayas decidido a avanzar y aumentar tu zona de confort. Es un movimiento duro, pero valiente y seguramente beneficioso. Te damos algunos consejos para que inicies y experimentes tu cambio.


1. Hazte consciente del límite de tu zona de confort


Hazte esta pregunta: ¿con qué aspectos de tu vida estás tranquilo pero no satisfecho? ¿Hay algo que siempre hayas querido hacer y nunca has hecho?


Date cuenta de qué límite has puesto en tu zona de confort y en qué ámbitos. Puede que estés insatisfecho en tus relaciones sociales, en el ámbito laboral o académico, en tus proyectos de vida, en tus relaciones de pareja…Analiza hasta qué punto te has conformado con tu vida.


2. Establece metas y objetivos


Empezar algo nuevo siempre implica planear qué queremos conseguir y cómo conseguirlo. Piensa en tus sueños y en tus metas, pero piensa de forma realista. Valora los pros y los contras de luchar por cada objetivo y evalúa si es un cambio realista y accesible.


Por ejemplo, puede que hayas llegado a la conclusión de que no estás a gusto con tus relaciones sociales. Es posible que sientas que tus contactos no son los adecuados o que te gustaría cambiar tu forma de comportarte con los demás. Si es así, es posible que quieras ampliar tu zona de amistades y conocer gente nueva con la que de verdad te sientas a gusto. Puede que las amistades que tienes no te conozcan tal como eres porque nunca has expresado tus opiniones o tus límites, por miedo a quedarte solo o a que te rechacen. Este puede ser un objetivo sano y realista, empezar a ser tú mismo con gente nueva y establecer una nueva red de contactos.


3. Haz un pequeño experimento de prueba


Ahora que sabes qué quieres conseguir, entiendo que sientas miedo al cambio. Es algo normal. No obstante, no pienses que vas a fracasar antes de intentarlo. Haz una pequeña prueba para ver hasta qué punto el cambio puede ayudarte. Si quieres comportarte de verdad como tú eres y no dejarte influenciar por el resto, empieza por hacer un cambio en una relación que ya tengas. Coge a alguien con el que te sientas a gusto y dale tu opinión sobre algo. Elige tú dónde vais a ir esta tarde cuando quedéis y no dejes que el otro siempre elija tus planes. Conviértete en la persona segura de la relación y compórtate como a ti te gustaría comportarte. Solo por un día, es un experimento.


4. Ve dando pasos poco a poco


Si el experimento ha salido bien, seguramente esa persona siga en tu vida y hayas podido soltarte un poco más. Habrás visto que solo eres tú el impedimento para realizar lo que quieres hacer. Hasta que no pruebas no sabes que no pasará nada malo.


Esto pasará también con el resto de cosas: empieza a investigar un nuevo proyecto, haz cambios en tu alimentación o en tu forma de vida, analiza cómo te sentirías estudiando otra cosa o trabajando en otro sitio. Piensa si estos cambios son posibles y te harían sentir bien.


5. Visualiza tu nueva vida


Si sabes qué es lo que quieres conseguir, hazte un plano más detallado de ello. Visualiza cómo es tu zona de confort y cómo será cuando consigas cambiarla. Si lo plasmas lo verás más cerca y más fácil.


Ahora detalla los pasos que tienes que dar para conseguir salir de la zona de confort.


6. Aprende nuevas habilidades o realiza nuevas actividades


A medida que avances en tu zona de confort seguirás aprendiendo nuevas habilidades, realizarás nuevas actividades, conocerás nuevas personas y crecerás en tu autoconocimiento. Date cuenta de las cosas positivas que implicará sobre ti el salir de la zona de confort.


7. Nunca dejes de hacer cambios


Es un buen inicio, pero tienes que seguir realizando nuevas cosas. Si no sigues cambiando, lo nuevo se convertirá de nuevo en tu zona de confort y seguirás con la misma sensación. El crecimiento pasa por constantemente establecer nuevas metas y nuevos cambios.



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