Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
El trastorno obsesivo compulsivo o más conocido como TOC es un trastorno de ansiedad. Se caracteriza por la presencia de pensamientos obsesivos e intrusivos, así como de compulsiones o actos repetitivos para aliviar estos pensamientos.
Los pensamientos obsesivos aparecen continuamente en la mente de la persona de forma intrusiva y pueden tener diferentes contenidos o variar en su tipología. Lo que caracteriza a estos pensamientos es que producen gran malestar en la persona, que tenderá a aliviar de alguna manera.
Algunos tipos de obsesiones suelen ser las relacionadas con el miedo a contaminarse, el orden y la limpieza, el miedo a que le ocurra algo a nuestros familiares, a hacer algo que no queremos hacer u otros pensamientos de tipo sexual, religioso o violento. Para calmar el gran malestar que producen estos pensamientos, la persona suele realizar algunas conductas o compulsiones, de manera habitualmente repetitiva y en muchas ocasiones poco adaptativa. Esta forma de reaccionar al pensamiento se convierte en una especie de ritual.
Por ejemplo, una persona con miedo a contaminarse puede pasarse el día lavándose las manos una y otra vez, o incluso utilizar lejía para lavarse con el objetivo de eliminar la posibilidad de haberse contaminado. Así mismo, una persona con pensamientos recurrentes sobre que va a pasar algo malo puede revisar una y otra vez si ha apagado el gas de su casa o si ha cerrado la puerta. Igualmente, si el pensamiento obsesivo está relacionado con evitar que nuestros seres queridos sufran algún daño podemos experimentar diversas compulsiones, por ejemplo puede que tengamos que hacer todas las cosas de determinada manera (por ejemplo dejar las persianas completamente cerradas pero cerrándolas de una vez. Si la persona no consigue esto repetirá la compulsión hasta que sea exactamente como necesita que sea).
A veces las compulsiones están “ocultas” y no son conductas fácilmente reconocibles. En estas ocasiones es habitual que estos rituales sean también pensamientos. Es decir, una persona puede tener pensamientos obsesivos y compulsiones en forma de pensamientos para aliviar esas obsesiones. Por ejemplo, si el pensamiento obsesivo es sobre el miedo a poder hacer algo que no deseas, como pegar a alguien, la compulsión puede ser la repetición constante de otros pensamientos como “no quiero pegar a nadie”.
No todos los pensamientos molestos o las compulsiones significan que exista un TOC. Hay momentos en los que todos, por ejemplo, volvemos a comprobar las cosas, sin significar que padezcamos este trastorno.
Una persona tiene un trastorno obsesivo compulsivo si le resulta imposible controlar esos pensamientos, a pesar de poder reconocer que son excesivos o poco adaptativos.
Además, la persona con TOC dedica gran parte de su día a realizar las compulsiones (al menos una hora diaria). Aunque no experimente placer, la compulsión o ritual le genera un alivio momentáneo y por ese motivo lo repite.
Habitualmente la persona presenta problemas en su vida cotidiana, relacionados con este problema. Por ejemplo, llegar todos los días tarde al trabajo por tener que ducharse una y otra vez hasta que esté “descontaminado”.
Para superar el TOC el tratamiento más recomendable es la psicoterapia. En este sentido, la terapia cognitivo-conductual ha resultado ser bastante eficaz para tratar este problema de ansiedad.
Este modelo de terapia se centra en cambiar determinados pensamientos y conductas que hacen que el problema se mantenga en el tiempo.
En realidad y paradójicamente, lo que hace que el TOC se mantenga es la forma que tiene la persona de intentar solucionarlo. Al realizar las compulsiones lo que hacemos es evitar y escapar de los pensamientos obsesivos. No obstante, si no nos enfrentamos a estos pensamientos no podremos comprobar que son irracionales y que seguramente nuestro miedo no se materialice. Por ello, será importante eliminar estos rituales para que el problema desaparezca.
Para ello, por una parte, el psicólogo cognitivo-conductual utilizará la terapia cognitiva. Con esta terapia intentará cambiar algunas ideas o pensamientos irracionales. Todas las personas tenemos pensamientos muy ineficaces y que no están basados en nada objetivo, sino que son meras suposiciones.
Sin embargo, para eliminar el TOC es necesario enfrentarse a esos miedos y comprobar que el pensamiento es irracional. En este sentido, suele utilizarse la técnica de exposición con prevención de respuesta. Consiste en enfrentarse progresivamente a esos miedos, de forma controlada y con la compañía del terapeuta o un coterapeuta colaborador (que puede ser un familiar). La persona tendrá que pasar en la situación que le genere ansiedad tanto tiempo como sea necesario hasta que la ansiedad disminuya, sin poder realizar la compulsión.
La ansiedad es una curva que tiende a subir, alcanzar un punto máximo y luego bajar. Por este motivo, si permanecemos en la situación, la ansiedad acabará disminuyendo y esta situación dejará de generar ansiedad.
Por ejemplo, en el caso de tener miedo a tocar los pomos de la puerta por si pudiéramos contaminarnos, lo que tendríamos que hacer es tocar un pomo de la puerta y no realizar la compulsión de lavarnos las manos. En un principio aparecerá mucho malestar, pero al permanecer en la situación y comprobar que la ansiedad disminuye, acabará eliminándose el pensamiento obsesivo.
Esta técnica puede generar cierto rechazo o miedo en la persona con trastorno obsesivo compulsivo. No obstante, es importante saber que no existe ningún riesgo y que el psicólogo no te dejará solo en este proceso. Además, la exposición será progresiva, desde las situaciones que menos malestar te generen, hasta las que más. En algunos casos y debido al gran nivel de ansiedad, es posible que la exposición se realice primero en imaginación y luego de manera real.