Laura Ruiz Mitjana
Redactora
¿Te suenan estos comportamientos? Son algunos de los comportamientos habituales en personas con un trastorno histriónico de la personalidad. A veces nos pueden agobiar, y es recomendable que aprendamos a poner límites con ellas. Nos adentramos en la psicología de la personalidad histriónica para entender qué hay detrás y ofrecemos algunas ideas sobre cómo actuar si estamos ante una persona con esta tendencia.
Un trastorno de la personalidad (TP), según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales) consiste en un patrón de comportamiento y experiencia interna que se desvía, de forma notable, de las expectativas de la cultura del individuo (es decir, se desvía de “la norma”, de la población).
Este patrón se manifiesta en la forma de pensar de la persona, así como en su forma de sentir, actuar y relacionarse. En el caso de la personalidad histriónica, esta pertenece al Clúster B, que incluye aquellos trastornos donde existe una elevada emocionalidad y una conducta dramática y en ocasiones teatral.
Según Millon (2016),citado en Blanco et al. (2020), las personas histriónicas “adoptan una postura de dependencia activa, que alcanzan su objetivo de maximizar la protección y el éxito reproductivo al participar activamente en una serie de maniobras seductoras que llaman la atención”.
Eso sí, es importante puntualizar aquí que no es lo mismo tener un trastorno de la personalidad (histriónico o de cualquier otro tipo), que tener rasgos o síntomas de un determinado TP (es decir, mostrar solo una tendencia a). Evitemos caer en el error de patologizar conductas que no tienen por qué configurar un trastorno mental.
En el caso del TP histriónico, hablamos de un patrón dominante de emotividad excesiva y búsqueda de atención.
Dicho patrón comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos. Se manifiesta por cinco o más de los hechos siguientes:
Hay varias causas que explican la aparición de este trastorno de personalidad. Normalmente tiene un origen multifactorial, en el que intervienen factores ambientales y genéticos.
Entre estos factores puede haber una baja autoestima y la necesidad constante de llamar la atención o de ser validados por el otro, haber crecido con un estilo parental ausente o negligente, o bien con un estilo de crianza donde nunca ha habido límites claros, experiencias traumáticas como el bullying o el abuso psicológico, etc.
Para empezar, debemos entender que estas personas no actúan así por mala fe, o por mero capricho. Lo hacen porque es su forma disfuncional y consolidada de expresarse, porque seguramente, en algún momento de su vida (que quizás ni recuerdan), esta forma de ser les protegió, o les permitió adaptarse a una situación complicada y, en definitiva, sobrevivir.
Sin embargo, que entendamos eso no significa que no podamos establecer límites con estas personas si sentimos que los necesitamos. Así, ¿cómo podemos actuar?
Como decíamos, un primer paso será hacer un esfuerzo por comprender qué hay detrás de esos comportamientos. No se trata de obsesionarnos con analizar y entender todo, sino simplemente darnos cuenta de que, el hecho de que esa persona sea así, no tiene nada que ver con nosotros (no personalicemos).
Así, en lugar de juzgar o criticar, enfadarnos o agobiarnos, tratemos de conectar con esa parte de sufrimiento que hay detrás de sus comportamientos. Esto te ayudará a evitar que la teatralidad de la persona histriónica te saque de quicio.
También puede ayudarte el hecho de practicar la asertividad y poner límites. Y cuando hablamos de límites, también nos referimos a poner distancia física y/o emocional.
Este tipo de personas suelen agobiar porque son muy expansivas, invaden mucho nuestro espacio vital y se toman muchas confianzas (aunque no nos conozcan apenas), algo que lógicamente nos puede incomodar. Por ello, sé claro y asertivo; comunica tus necesidades de forma respetuosa, aquello que te molesta, y toma distancia física si es necesario.
Y recuérdate a ti mismo que tienes todo el derecho del mundo a poner límites y a protegerte. No te sientes culpable por ello; aunque esa persona se lo tome mal, esa reacción no es responsabilidad tuya (sí lo es decir las cosas con respeto).
Las personas con un trastorno histriónico de la personalidad tienden a exagerar sus emociones (muchas veces, de forma inconsciente), e incluso, pueden adornar o maquillar las historias que cuentan. Esto hace que sus discursos no sean, en realidad, 100% fiables.
Y aunque no haya una mala fe detrás, sí debemos ir con cautela a la hora de creernos estos discursos, porque seguramente hay detalles que el interlocutor ha incluido y que, o bien son exagerados, o bien no son 100% verídicos. Así que, no te tomes todo lo que te dice al pie de la letra, te aconsejamos ser cauto en este sentido (ya sea para evitar sorpresas, malentendidos o disgustos).
Lo que busca una persona con personalidad histriónica es atención, refuerzo social y validación. Es decir, que la escuchen (y en ocasiones, que la alaben). Sin embargo, debemos ir con cuidado aquí, porque a veces esa necesidad de atención que buscan es excesiva y no se la podemos ofrecer (además, que solo acentuaría el problema).
En cambio, sí podemos reforzarles de forma adecuada (es decir, de forma selectiva). Así, se trata de reforzarles y ofrecerles nuestra atención cuando se comporten de forma más madura y menos teatral. Huyendo del paternalismo, eso sí, deben entender que, cuando se comportan así (de forma madura), nos sentimos bien, en sintonía, a gusto, pero que, cuando son excesivamente expansivos o demandantes, nos pueden agobiar.
Puede que, después de leer este artículo, tengas la sensación de que tal vez eres tú quien se muestra como una persona histriónica, ya sea porque manifiestas todos los síntomas o porque tienes tendencia a ser un poco de este modo (en este segundo caso, no hablaríamos de un trastorno de la personalidad).
Si es así, tranquilo. Lo más importante es que puedas identificar cómo te hace sentir el hecho de ser así, porque, en caso de que sientas que esto te genera malestar o te ocasiona problemas en las relaciones personales, puedas pedir ayuda de un psicólogo especializado. No te juzgues por ello, simplemente aprende a conocerte y a identificar las causas que te llevan a actuar así, y sé compasivo contigo mismo; por supuesto, un profesional puede ayudarte en esta tarea.
American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
Blanco, C. et al. (2020). Actualización de los trastornos de personalidad. Revista Médica Sinergia, 5 (4). Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7398779.pdf
Millon T. What Is a Personality Disorder?. Journal of Personality Disorders. 2016;30(3):289-306. https://doi.org/10.1521/pedi.2016.30.3.289