Patricia San Valero
Psicóloga en Psyfeel Salamanca
Estas han sido una herramienta fundamental sobre todo debido a la pandemia y al confinamiento ya que nos han mantenido conectados con nuestros seres queridos. Pero como todo en esta vida todo tiene una cara B, en este caso, la adicción.
Como ya hemos comentado, el auge de las nuevas tecnologías lleva consigo el de las redes sociales que últimamente ha provocado diversos problemas en los usuarios. El más grave es el de la adicción sobre todo porque esta surge cada vez a una edad más temprana.
Este tipo de adicción se encuentra entre las llamadas adicciones sin sustancia o adicciones comportamentales. Este tipo de adicciones son trastornos que provocan dependencia a actividades humanas de diversa índole. Aunque, en principio, estos hábitos podrían parecer inofensivos, estos llegan a ser adictivos impactando de manera determinante en la vida cotidiana de aquellos que lo sufren y de sus seres queridos. Otras adicciones de este tipo son las adicciones a las compras o el juego patológico.
Aunque estas adicciones siguen siendo complicadas de definir son cada vez más los estudios que avalan su existencia así como el daño que ocasionan a los afectados.
Cualquier persona que tenga acceso a estas redes puede convertirse en adicto a ellas. Sin embargo, los jóvenes son ciertamente más susceptibles a entrar en este tipo de dinámicas por varias razones: 1) la edad de uso de estas redes sociales cada vez es más temprana, 2) los jóvenes detectan más la sensación de enganche que los adultos ante una misma situación y 3) la adolescencia es un momento crucial en nuestro desarrollo y sobre todo en el establecimiento de la autoestima, algo en lo que inciden mucho las redes sociales como Instagram.
Además, hay algunas características que pueden hacer más probable que se desarrolle una adicción como pueden ser: la timidez excesiva, el rechazo de la imagen corporal, los problemas de autoestima, la hiperactividad, la depresión o la insatisfacción personal con su vida. En estos casos las redes suponen una huida de la realidad que tiene consecuencias negativas ya que provoca una comparación social. Esta comparación social es peligrosa ya que comparamos nuestra vida con la imagen idealizada de la vida de otro, ya que tendemos a subir solo aquello que es positivo.
Es necesario recalcar que cualquiera podría caer en el juego de la adicción porque estas redes están diseñadas expresamente para ello:
Nos conectan con otras personas. Nosotros como seres sociales, adoramos conectar con nuestros iguales y las redes nos lo ponen muy fácil hasta el punto de encontrar a ese amigo de las vacaciones de nuestra infancia.
El poder de los likes. Los likes y las visualizaciones funcionan como cualquier tipo de premio o refuerzo que pudiese existir en la vida real. Esto para nuestro cerebro es altamente adictivo ya que hace que este segregue sustancias que nos hacen sentir bien y nos provoque intentar provocar de nuevo esa situación.
Las redes están diseñadas para que nunca quieras salir de ellas. Siempre hay algo que ver, por lo que nos envuelven en un scroll infinito en el que nunca parece el mejor momento para salir.
Por otra parte encontramos la inmediatez. Las redes nos dan una gratificación inmediata en la que no tenemos que invertir mucho tiempo. Por ejemplo, un video de 15 segundos no nos supone mucho esfuerzo verlo, pero si nos aporta una muy fuerte recompensa.
Las redes nos dan lo que queremos. El algoritmo de nuestras redes se va desarrollando gracias a nuestras búsquedas, nuestros likes o simplemente al tiempo que pasamos consumiendo un tipo determinado de contenido. De esta manera nuestras redes nos ofrecen aquello que nos interesa haciendo que nos sea aún más difícil cerrar la aplicación.
Son visualmente atractivas. Están hechas para que a nuestro cerebro le guste lo que ve y disfrute de ese festival de estímulos con el fin de que nunca quiera que pare.
Aunque los síntomas de este tipo de adicción no son los mismos que los que tienen las adicciones con sustancias sí que podemos encontrar similitudes:
Son múltiples las consecuencias derivadas del uso exagerado de las redes. Entre ellas encontramos:
Problemas de ansiedad y estrés. Estos cuadros aparecen debido a que la persona trata desesperadamente de conseguir aprobación social y refuerzos en Internet, pero si esto finalmente no lo alcanza sienten mucho malestar
Problemas físicos. Entre los problemas físicos más frecuentes asociados al uso excesivo de los dispositivos encontramos problemas de visión y de espalda. Todo esto sin mencionar que como este estilo de vida es más sedentario aumenta el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
Deterioro de las relaciones interpersonales. Esto ocurre cuando la persona con adicción prefiere dedicar tiempo a las redes antes que invertirlo en tiempo de calidad con los suyos.
Estilos de afrontamiento ineficaces. Estas personas no aprenden habilidades ni herramientas útiles para enfrentar los problemas de la vida real haciendo que se vuelvan poco habilidosos en la cotidianidad.
Privación de sueño. En la persona con adicción prima el pasar tiempo en redes sociales al tiempo de descanso haciendo que no mantenga una higiene del sueño óptima para salud tanto física como psicológica. Además el estilo de vida sedentario contribuye también a que la calidad del sueño disminuya.
Falta de concentración. Se da en otras áreas que no son las redes sociales. A consecuencia de estar mucho tiempo conectado las distracciones a la hora de hacer otras actividades aumentan disminuyendo de manera proporcional el rendimiento laboral o académico.
Pérdida de tiempo. El abuso de las redes provoca que las personas con adicción hagan un mal uso de su tiempo descuidando otros quehaceres ya que no queda tiempo en el día para desempeñarlos.
Aunque como tal no existe una intervención para tratar esta adicción sí que podemos seguir una serie de pautas para mejorar este comportamiento:
Lo primero de todo es explorar este problema recabando la información necesaria como las horas de consumo, el porqué de ese abuso, cómo está afectando a su vida cotidiana, si ha intentado algo para controlar este problema…
Una vez tenemos un poco delimitado cual es el problema real es útil recibir información de cómo funcionan las adiciones conductuales y que se debe hacer para combatirlas. Es fundamental esta educación en el problema ya que a través de ella la persona es capaz de tomar conciencia de los síntomas y las consecuencias por sí misma predisponiéndola al cambio.
Tras esto lo primero es realizar lo que se denomina un control estimular por el cual creamos el ambiente perfecto para que se dé cada vez menos la conducta abusiva. En este caso algunos cambios útiles puede ser desinstalar aplicaciones, limitar el uso de aquellas que sean necesarias o incluso dejar nuestros dispositivos móviles lejos de nuestro alcance.
Para operativizar el cambio suele ser muy útil llevar un registro del uso que estamos haciendo de las redes siempre tratando de ir reduciéndolo. Esto aporta información muy útil en el caso de que estemos siendo ayudados por un profesional.
Como complemento suele ser útil realizar otro tipo de actividades más saludables como forma de distracción. Además, si la falta de consumo nos produce malestar puede ser bueno aprender técnicas de relajación.
Aunque este camino es posible muchas veces no es fácil por lo que es recomendable pedir ayuda profesional en el caso de que la persona afectada no sea capaz de volver a retomar las riendas de su vida.