Patricia San Valero
Psicóloga en Psyfeel
TOC son las siglas pertenecientes a la condición de Trastorno Obsesivo Compulsivo. Esta patología tipificada por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales se caracteriza por altos niveles de ansiedad y una gran dificultad para controlar los impulsos.
Las personas que padecen este trastorno sufren de la llegada recurrente de pensamientos intrusivos muy desagradables que le provocan mucho malestar. Esto configuraría las obsesiones dentro del trastorno.
Para paliar estas obsesiones, la persona realiza una serie de rituales o conductas repetitivas y estereotipadas. Estas se denominan compulsiones y, lejos de mejorar al paciente, lo único que hacen es agravar el problema.
Las compulsiones pueden expresarse de dos formas: a través de conductas como puede ser: lavarse las manos, ordenar de manera muy específica o verificar reiteradas veces que el gas está apagado… o; a través de pensamientos como puede ser el conteo de números, el rezo, la repetición de ciertas palabras en un cierto orden y de una determinada manera...
Estos rituales calman la ansiedad que produce la obsesión, pero solo de manera momentánea, ya que esos pensamientos van a volver más tarde, haciendo a la persona esclava de ellos y provocando mucha interferencia en su vida cotidiana y en su círculo más cercano.
El TOC puede expresarse de muchas maneras ya que hay tantas obsesiones y compulsiones como personas con TOC. Sin embargo, si conocemos que hay algunos tipos que se repiten como los rituales de limpieza, de repetición, de acumulación, de verificación, de orden...
Este trastorno impacta de manera significativa en la vida de la persona debido a su intensidad, frecuencia o duración, disminuyendo su bienestar y calidad de vida. Además, el entorno inmediato tambien sufre las consecuencias del mismo.
Los TICs, por su parte, son movimientos involuntarios del cuerpo que se producen de manera repetida, repentina y sin control. Suelen ser breves, rápidos, estereotipados y carentes de objetivo.
Estos TICs pueden aparecer en cualquier área corporal, pero suelen afectar sobre todo a regiones como la cara, el cuello y los hombros. Además, se sabe que es posible detenerlos por periodos breves, pero no siempre.
La mayor parte de estos suelen ser muy sutiles y no se notan, pero cuando estos se agravan pueden afectar manera significativa a la calidad de vida de la persona que los sufre. Además, sabemos que estos tienden a empeorar ante la presencia de cansancio, ansiedad o estrés.
Estos pueden manifestarse de cualquier manera, a veces con un movimiento extraño y otras veces con un gesto normal, pero que fuera de contexto pierde sentido. Pueden ser corporales como un guiño o vocales como carraspear con la garganta.
Los TIC suelen afectar a los niños y lo más habitual es que aparecen entorno a los 6-8 años con la presencia de antecedentes familiares. Los hay de tipo transitorio afectando a un 10% de los niños y los hay crónicos que solo están presentes en 1% estando relacionados con el Síndrome de Tourette.
El Síndrome o Desorden de Tourette se caracteriza porque las personas que lo padecen no pueden abierta insultar o decir palabras obscenas o hacer gestos obscenos. Esto al estar muy penalizado en la sociedad, provoca mucha interferencia en la vida de la persona.
Los TICs más comunes son: los simples, que se refieren al movimiento de pocos músculos como parpadear o complejos como hacer gestos obscenos, faciales como realizar muecas, de cabeza y cuello como rotarla, de tronco y miembros como levantar los hombros, respiratorios como resoplar o verbales como gritos.
Ambos tienen consecuencias muy graves que afectan a la vida cotidiana de la persona. Y aunque los TICs pueden desaparecer de manera espontánea tal y como han aparecido, hay casos que puede ser necesario acudir a un especialista
En el TOC la persona pierde calidad de vida debido a que sus pensamientos obsesivos generan mucho malestar y a que sus rituales los hacen cada vez más esclavos, haciendo que pierdan mucho tiempo. Esto, por lo tanto, impacta de forma abrumadora en la vida laboral, académica e interpersonal
En la cuestión de los TICs, vemos que es en los casos más evidentes cuando más consecuencias provoca, afectando de manera muy particular al área social donde el entorno les juzga a pesar de que no los pueden controlar. Las burlas y los castigos van a afectar de manera directa a la autoestima de la persona.
Si sufres un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) debes pedir ayuda lo más pronto posible. La terapia de elección para ambos es la Terapia Cognitivo Conductual, ya que esta aborda tanto los pensamientos obsesivos como las conductas como pueden ser los rituales.
Es importante reestructurar ideas disfuncionales para poder cortar estas dinámicas, pero hay otras cuestiones que también deben ser abordadas por el camino: como son la exposición a los escenarios mentales que cree que van a ocurrir si no realiza el ritual, la creación de hábitos saludables, la práctica de habilidades sociales, la educación sobre la gestión emocional o el entrenamiento en respiración o relajación.
Todo esto persigue que la persona viva de una manera satisfactoria, sin sentirse esclava de su pensamiento y conductas y estando adaptada al entorno y las personas que le rodean.
En el caso de los TICs, el tratamiento de elección suele ser el tratamiento farmacológico, pero este es combinable también con el tratamiento psicológico. Este último se centraría en una actuación de tipo cognitivo conductual.
Para esta actuación la persona debe tomar conciencia, a través de un autorregistro, de la presencia del tic, así como de sus características, de cuando aparece, de cómo es, de con qué factores se agrava...
Tras esto, la persona debe emitir una respuesta que sea incompatible con el tic. Para conseguir llevar a cabo esto suele ser muy útil entrenar previamente a la persona en relajación.
En este caso, la relajación que puede resultar más beneficiosa es la Muscular Progresiva de Jacobson, ya que esta se centra en la distensión de los grupos musculares para conseguir el nivel requerido de alivio.
Estos pasos deben ser reforzados tanto en terapia con en la vida cotidiana a través de la exposición, para que el cambio y el aprendizaje se generalice a la vida cotidiana de la persona, mejorando su problema y, por lo tanto, la emocionalidad ligada al mismo.