Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
Es común que, después de muchas pruebas médicas para intentar descubrir qué es lo que ocurre, el médico nos diga que nuestros mareospueden deberse a la Ansiedad. Sin embargo, no nos suelen explicar por qué nuestra ansiedad se ha transformado en mareos que «nos traen de cabeza» y nos dificultan el día a día.
En muchas ocasiones los mareos por ansiedad están provocados por cambios en la respiración. Es decir, ante una situación estresante nuestro cuerpo se activa y aparecen una serie de cambios físicos que nos permiten adaptarnos a la situación. Uno de los cambios más comunes y universales es la hiperventilación, es decir, la respiración acelerada. Al respirar de esta forma, aumenta el oxígeno en sangre y, como consecuencia de la sobrecarga de oxígeno, puede aparecer esa sensación de mareo.
Cuando tenemos una respiración acelerada, se altera el equilibrio entre oxígeno y dióxido de carbono. Este desequilibrio provoca una percepción de no poder conseguir el oxígeno necesario para los pulmones. Esto se convierte en un malestar terrible para la persona, asociando esta sensación a una amenaza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta forma de respirar es una consecuencia de la ansiedad, un mecanismo de adaptación a la situación de estrés y, por tanto, no es peligrosa y no nos quedaremos sin oxígeno.
Tenemos que saber que nuestro cuerpo necesita ese cambio en la respiración para protegerse. Por ejemplo, si no existiera este cambio físico no podríamos correr lo suficiente para escapar de una situación peligrosa, puesto que para mantener el ritmo necesitamos más oxígeno en sangre. Estos cambios se deben a una cuestión biológica.
Cuando la ansiedad es muy continuada en la persona, esta forma de respirar se vuelve un hábito y, por ello, la persona siente estos mareos tantas veces al día o a la semana. Unido a esto, a veces la persona también acaba desarrollando los llamados ataques de ansiedad.
En ocasiones la hiperventilación se asocia a otros problemas como el asma. Es recomendable acudir a profesionales que puedan identificar la causa de este tipo de respiración: si la causa no es física, puede que sea psicológica.
Los mareos por ansiedad también pueden ser consecuencia del llamado presíncope vasovagal, en el cual hay una falta de llegada del oxígeno al cerebro y esto provoca una sensación de mareo y de pérdida de conciencia (aunque no se llega a perder). Esta situación se debe a una situación estresante, que pueda provocar una gran estimulación en el nervio vago de nuestro cerebro. Esta estimulación ocasiona la disminución de la frecuencia cardíaca y la dilatación de los vasos sanguíneos.
Es común que las personas asociemos este tipo de mareos a un dolor o una anomalía cervical. Los vértigos cervicales son muy comunes y están provocados por una falta de llegada de la sangre en la zona del oído que se encarga del equilibrio. Esto puede ser causado por lesiones en las cervicales o por malas posturas, pero también puede ser provocado por ansiedad. En este caso hablamos de los vértigos psicógenos, ocasionados por una situación de estrés o ansiedad.
No es lo mismo un mareo que un vértigo. En el vértigo la sensación es la de un movimiento o giro falso de los objetos que nos rodean y la pérdida de equilibrio. Un mareo, sin embargo, es una sensación puntual de inestabilidad, acompañada a menudo de otras sensaciones físicas como sudoración, sensación de desmayo, náuseas, palidez o aturdimiento.
La persona que experimenta estos mareos puede considerar, debido a su gran malestar, que estos síntomas son peligrosos para su salud y su integridad física. De hecho, en muchas ocasiones estos mareos pueden preceder a un ataque de pánico. No obstante, es importante tener en cuenta que los mareos no se deben a una causa orgánica, sino que son consecuencia de una adaptación de nuestro cuerpo a una situación estresante. Es decir, los mareos por ansiedad no son peligrosos. Es importante tratar estos síntomas desde el origen, es decir, desde la ansiedad.
El Tratamiento de los mareos por ansiedad y del vértigo psicógeno es diferente según la persona. Lo primero siempre será descartar cualquier causa orgánica, de lo cual se suele encargar un médico. En algunas ocasiones el médico puede recetarnos algún medicamento para paliar estos síntomas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la causa última de estos síntomas es la ansiedad y, por tanto, debemos tratar esta ansiedad para que el problema desaparezca.
El tratamiento de la ansiedad puede ser llevado por un psicólogo especialista. Habitualmente la terapia cognitivo conductual es muy eficaz en este tipo de problemas. Es importante conocer qué es lo que está pasando para poder curarnos. Por lo tanto el psicólogo mediante la psicoeducación podrá explicarte el mecanismo que está provocando tu malestar. Posteriormente, la terapia será individualizada, según las causas de la ansiedad y todos los síntomas que presentes.
Es importante solicitar ayuda profesional si tienes sensación de pánico, de vértigo o mareo, de respiración acelerada o taquicardia de forma muy frecuente. Sobre todo si esta situación te impide desempeñar alguna actividad cotidiana y si tienes miedos que no puedes controlar.