Sonia González
Directora y psicóloga en Psyfeel
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Este trastorno puede tener un impacto negativo en la vida social, laboral y personal de quienes lo sufren, además de consecuencias graves para la salud física y mental. En este artículo, exploraremos qué es la ortorexia, sus causas, sus impactos y cómo se aborda desde el diagnóstico hasta el tratamiento y la prevención.
La ortorexia es un trastorno alimentario que se caracteriza por una obsesión patológica por comer de forma sana y por la calidad de los alimentos. En esta sección exploraremos las características y definición de la ortorexia, los factores de riesgo y causas asociadas a este trastorno, así como las diferencias que existen entre la ortorexia y otros trastornos alimentarios.
La ortorexia se caracteriza por una preocupación extrema por la calidad de los alimentos, como su origen, forma de cultivo y preparación. Las personas que padecen ortorexia siguen dietas restrictivas, eliminando grupos enteros de alimentos considerados 'no saludables'. Sienten una obsesión patológica por comer de forma sana y experimentan sentimientos de culpa o ansiedad si se desvían de su dieta establecida. Además, perciben su dieta como superior o más saludable que la de los demás.
Si bien las causas exactas de la ortorexia no están claras, se ha observado que suele manifestarse en personas obsesivas y perfeccionistas. También puede estar relacionada con un malestar o dificultad personal que se intenta controlar a través de la comida. Factores como la presión social, la búsqueda de control y la influencia de los medios de comunicación y la sociedad pueden contribuir al desarrollo de la ortorexia.
Aunque la ortorexia no está oficialmente reconocida como un trastorno alimentario, comparte similitudes con la anorexia y la bulimia. Sin embargo, existen diferencias significativas entre la ortorexia y estos trastornos. Mientras que la anorexia se caracteriza por una preocupación obsesiva por el peso y el miedo a aumentar de peso, la ortorexia se centra en la obsesión por comer sano y por la calidad de los alimentos. Por otro lado, la bulimia se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva seguidos de una compensación, como el vómito inducido o el uso de laxantes, mientras que la ortorexia se enfoca principalmente en la restricción de alimentos considerados 'no saludables'.
La ortorexia no solo afecta la forma de alimentarse de las personas, sino que también tiene impactos significativos en su salud física, mental y en sus relaciones sociales y laborales. A continuación se detallan las principales consecuencias de este trastorno alimentario:
La ortorexia puede tener graves consecuencias en el bienestar emocional y psicológico de quienes la padecen. Algunos efectos psicológicos incluyen:
La obsesión extrema por la alimentación saludable puede tener un impacto negativo en las relaciones con los demás y en la vida laboral de quienes padecen ortorexia:
El diagnóstico de la ortorexia se basa en una evaluación clínica exhaustiva que involucra la exploración de los comportamientos y actitudes relacionados con la alimentación. El objetivo es identificar patrones y señales de alerta que indiquen la presencia de este trastorno alimentario.
Existen diversos criterios propuestos para el diagnóstico de la ortorexia. Algunos de estos criterios incluyen:
Además de estos criterios, se utilizan métodos de evaluación como entrevistas clínicas, cuestionarios, registros alimentarios y evaluación nutricional. Estos métodos permiten recopilar información detallada sobre los hábitos alimentarios, las creencias y actitudes hacia la comida, así como detectar posibles síntomas de trastornos relacionados.
La detección temprana y un diagnóstico adecuado son fundamentales para abordar la ortorexia de manera efectiva. Una identificación temprana permite brindar intervención y apoyo antes de que los síntomas empeoren y generen un mayor impacto en la salud física y mental.
Es esencial tener en cuenta que el diagnóstico de la ortorexia no se realiza de forma aislada, sino en el contexto de un enfoque multidisciplinario que involucra a profesionales de la salud mental, la nutrición y la medicina. Esta colaboración permite una evaluación integral y una planificación de tratamiento individualizado.
El tratamiento de la ortorexia requiere de un enfoque multidisciplinario y la participación de un equipo terapéutico especializado en trastornos de la conducta alimentaria. El objetivo principal es abordar las causas subyacentes del trastorno y promover una relación saludable con la alimentación. A continuación, se detallan las principales estrategias de tratamiento utilizadas:
El enfoque multidisciplinario involucra a diferentes profesionales de la salud, como psicólogos, nutricionistas y médicos, trabajando en conjunto para brindar una atención integral al paciente. Este equipo terapéutico colabora en la evaluación, diagnóstico y seguimiento del tratamiento, adaptándolo a las necesidades específicas de cada individuo.
La terapia psicológica desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la ortorexia. A través de distintas técnicas terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual, se busca identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que mantienen el trastorno. Además, se trabaja en el manejo de las emociones, la autoestima y el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables.
La terapia nutricional también es esencial para superar la ortorexia. Los nutricionistas educan al paciente sobre una alimentación equilibrada y variada, fomentando la flexibilidad y la inclusión de diferentes grupos de alimentos en la dieta. Se trabaja en la reconstrucción de la relación con la comida y se proporcionan pautas nutricionales individualizadas adaptadas a las necesidades específicas de cada persona.
La educación juega un papel crucial en el tratamiento de la ortorexia. Es fundamental que el paciente y su entorno comprendan los aspectos del trastorno, sus consecuencias y cómo abordarlo de manera adecuada. La educación ofrece herramientas y conocimientos que ayudan a desterrar mitos y promueven una alimentación saludable basada en el equilibrio y la moderación.
El apoyo familiar también es fundamental para la recuperación del paciente. El entorno cercano debe brindar comprensión, paciencia y apoyo emocional durante todo el proceso. La participación activa de la familia en las terapias y en la adopción de hábitos alimentarios saludables puede favorecer significativamente la recuperación y la prevención de recaídas.
En la prevención y promoción de una alimentación saludable, es fundamental hacer hincapié en la importancia de una alimentación equilibrada y variada. Esto implica incluir una amplia variedad de alimentos en nuestras dietas diarias, asegurando así la obtención de todos los nutrientes necesarios para nuestro organismo.
Una alimentación equilibrada nos permite disfrutar de una salud óptima y prevenir la aparición de trastornos alimentarios como la ortorexia. Es necesario incluir alimentos de todos los grupos en nuestras comidas, como frutas, verduras, cereales integrales, proteínas y grasas saludables.
Además, es fundamental mantener un equilibrio adecuado entre calorías consumidas y gastadas, adaptado a nuestras necesidades individuales. Esto implica evitar las dietas restrictivas y los excesos, disfrutando de los alimentos de forma consciente y moderada.
Los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales y la publicidad, pueden ejercer una gran influencia en nuestra percepción de la alimentación y la imagen corporal. Es importante ser conscientes de esta influencia y desarrollar un pensamiento crítico hacia los mensajes y estándares de belleza que nos presentan.
Para prevenir la ortorexia, es fundamental no caer en comparaciones constantes con imágenes idealizadas y no dejarse llevar por modas o tendencias extremas en la alimentación. Es importante recordar que cada persona tiene necesidades únicas y que la belleza radica en la diversidad y aceptación de uno mismo.
Para prevenir la ortorexia, es esencial fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo. Esto implica disfrutar de la comida de forma placentera, sin sentir culpabilidad o ansiedad por desviarse ocasionalmente de una dieta establecida.
Además, es importante cultivar una buena autoestima y aceptación corporal, valorando la diversidad y reconociendo que la belleza no se define únicamente por el aspecto físico. El autocuidado debe abordarse desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta no solo la alimentación, sino también el descanso, la actividad física y el bienestar emocional.